Washington – La Casa Blanca recordó este viernes al gobernador de Texas, Greg Abbott, que es competencia del Gobierno federal decidir sobre inmigración y que no se «entrometa» en ese tema, sobre todo cuando en el pasado sus acciones han causado «caos» y «confusión» en la frontera.

Así reaccionó la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, a la orden que dio Abbott para que las fuerzas de seguridad de Texas detengan a los migrantes indocumentados y los lleven de vuelta a los puertos de entrada, una medida que rechazó el Gobierno de México.

«La aplicación de las leyes de inmigración es algo que compete a las autoridades federales y los estados no deberían estar tomando decisiones o entrometiéndose en eso. Especialmente el gobernador de Texas, Abbott, que tiene un historial de causar caos y confusión en la frontera», dijo Jean-Pierre.

La medida de Abbott podría generar un enfrentamiento en los tribunales con el Gobierno de Joe Biden sobre a quién le corresponde manejar la política migratoria del país, algo que hasta ahora les compete a las autoridades federales.

Bajo la ley federal, los guardias de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) son los que tienen autoridad de detener a los migrantes y devolverlos a los puntos de entrada, mientras que las fuerzas estatales en algunos casos pueden retenerlos y entregárselos a los agentes fronterizos para que ellos les deporten.

Lo que hace la orden de Abbott es abrir la puerta a que las fuerzas estatales desarrollen en la práctica las mismas acciones que las federales.

Todavía hay varias incógnitas sobre cuáles son exactamente las consecuencias de la orden de Abbott y cómo se está aplicando sobre el terreno.

La región vive un flujo migratorio récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza ha detectado a cerca de 1,4 millones de indocumentados en la frontera con México en lo que va del año fiscal 2022, que inició en octubre pasado.