Bruselas – La Comisión Europea (CE) reconoció hoy que España se encuentra bajo una «particular presión migratoria» y se mostró dispuesta a ofrecerle más apoyo «técnico, financiero y político» para hacerle frente, así como a reforzar la relación con Marruecos para que controle mejor las salidas irregulares.
«En el Mediterráneo occidental, España está bajo una presión migratoria particular», señaló el comisario europeo de Inmigración y Asilo, Dimitris Avramópulos, en una rueda de prensa para explicar el último informe sobre política migratoria de la Unión Europea (UE).
«Continuamos apoyando a España como hemos hecho y seguiremos haciendo con todos los Estados miembros bajo presión», añadió.
El comisario recordó que «ya hemos proporcionado cerca de 36 millones de euros de asistencia de emergencia el año pasado» y afirmó que «estamos dispuestos a proporcionar a España apoyo técnico, financiero y político que necesita».
Aunque las llegadas irregulares de inmigrantes han ido cayendo año tras año y actualmente están en «niveles no vistos desde 2013», Avramópulos pidió «no dormirnos en los laureles».
En 2018 las llegadas irregulares a la UE cayeron un 25 % frente a 2017, hasta las 150.000, el nivel más bajo en cinco años y un 90 % menos que el pico registrado durante la crisis migratoria de 2015, mientras que las acciones de salvamento de la UE han permitido rescatar del mar a casi 730.000 personas desde ese año.
Pero en el Mediterráneo occidental en concreto hubo en 2018 un «aumento sustancial» (del 131 % frente al año anterior) de las llegadas, hasta las 65.000.
Principalmente llegaron a España marroquíes (un quinto del total), seguidos de ciudadanos de países del África occidental (Guinea, Mali, Costa de Marfil y Gambia) y de Argelia.
La Guardia Costera y de Fronteras Europea ha desplegado por el momento 125 oficiales, dos barcos, un avión y un helicóptero para apoyar a España en operaciones de vigilancia y búsqueda y rescate.
«España está bajo una presión enorme (…) Debemos seguir apoyando a las autoridades españolas para hacer frente a este problema. Está bajo presión y seguiremos dando total apoyo», subrayó Avramópulos, a la vez que elogió a España por sus medidas de los últimos meses.
Según indicó, está en «constante contacto» con el ministro español de Interior, Fernando Grande-Marlaska, pero no se aventuró a «profetizar» qué tipo de apoyo puede añadir la UE.
«No sé qué tendremos en el futuro, pero lo importante es que España no está sola y nunca la dejaremos sola. La CE la apoya, políticamente, financieramente y operacionalmente», puntualizó.
Además, consideró que España juega un «papel muy importante» en el trabajo de la UE con los países del norte de África y le animó a impulsar, «como país en la primera línea, más iniciativas en nuestras relaciones con países terceros en la región».
«Todas nuestras políticas sobre el terreno implementadas por el Gobierno de España están totalmente alineadas con los principios básicos en los que se construye nuestra política migratoria, en cumplimiento con la ley europea e internacional», comentó.
Al mismo tiempo, Avramópulos dijo que «también está claro que tenemos que reforzar nuestra relación con Marruecos».
«Marruecos ya ha estado trabajando para reforzar el control de sus fronteras y evitar gran número de salidas irregulares. Me gustaría elogiar a Marruecos por sus acciones y garantizarle nuestro apoyo», recalcó.
Confió en poder desarrollar «una asociación más estrecha, profunda y ambiciosa» con Rabat, empezando por «completar la implementación del paquete de apoyo de 140 millones de euros» concedido a ese país para que mejore su capacidad de gestión fronteriza.
La Comisión también señaló la necesidad de reanudar las negociaciones con ese país sobre la readmisión de inmigrantes y la facilitación de visados.
Por lo que se refiere a la ruta del Mediterráneo central (donde las llegadas a Italia cayeron un 80 % en un año) la CE pidió mejorar las «penosas» condiciones de los migrantes en centros de internamiento y, sobre la oriental, instó a Grecia (con un 30 % más de llegadas) a mejorar los retornos, el tratamiento de solicitudes de asilo y el alojamiento en sus «abarrotadas» islas.