París – La cifra de migrantes que intentan cruzar el canal de la Mancha para llegar al Reino Unido, y en muchos casos lo logran, se ha disparado desde comienzos de año, con más de 4.200. Solo en la jornada de este sábado, los servicios franceses de salvamento marítimo rescataron a 31 de ellos.
La Prefectura Marítima de la Mancha y del Mar del Norte detalló este domingo cuatro operaciones que se llevaron a cabo ayer para rescatar a personas que intentaban llegar de forma clandestina a las costas inglesas.
La primera se produjo después de que un pesquero, el «Meuchk», avisara de que había una embarcación en dificultades a unos siete kilómetros al noroeste del puerto francés de Dunkerque.
Se envió a ese área la patrullera «Pluvier» de la Marina francesa, que subió a bordo a los 16 personas que había en la embarcación, entre los cuales se encontraban un bebé, tres niños y tres mujeres. Todos ellos fueron desembarcados en el puerto de Calais.
Tras varios avisos enviados al Centro Regional Operativo de Vigilancia y Salvamento (CROSS) Gris Nez sobre la presencia de embarcaciones de inmigrantes en dificultades entre Wissant y Dunkerque, la patrullera «Scarpe» de la Gendarmería Marítima recuperó a dos náufragos -uno de ellos en estado de hipotermia ligera- que fueron conducidos a Boulogne sur Mer.
El mismo sábado, el ferri «Côtes des Flandres» señaló al CROSS que había avistado a seis migrantes en una lancha cerca del canal de acceso del puerto de Calais.
La patrullera «Pluvier» se hizo cargo de los seis -uno de ellos estaba herido- y los trasladó al puerto de Dunkerque.
El CROSS recibió igualmente una llamada del buque mercante «Boris Vilkitsky que le advirtió de la presencia de una lancha con migrantes a unos 11 kilómetros al norte de Wissant.
Las autoridades francesas enviaron un helicóptero y el «Scarpe», que rescató a siete náufragos y los llevó hasta Boulogne sur Mer. Como es habitual, quedaron en manos de la Policía de Fronteras.
«UNA TRAVESÍA PELIGROSA»
La Prefectura Marítima recuerda a los migrantes en su comunicado que el canal de la Mancha es una de las zonas de mayor tráfico marítimo del mundo, que las condiciones meteorológicas son con frecuencia problemáticas (hay una media de 120 días al año de vientos con fuerza 7 o superior) y que por tanto la travesía es «peligrosa para la vida humana».
Los más de 4.200 migrantes que han llegado hasta las costas inglesas desde Francia o que lo han intentado este año casi duplican los 2.294 del conjunto de 2019. Solo en lo que va de agosto, la cifra ronda los 700.
El Gobierno británico, preocupado por esa evolución, envió a París el pasado martes a su secretario de Estado de Inmigración, Chris Philp, que dijo estar trabajando con las autoridades francesas en un «nuevo plan operativo» entre los dos países. Además, ha decidido utilizar medios militares para impedir ese flujo.
Una actitud que contrasta con la del Ejecutivo francés, que se ha mostrado muy discreto en cualquier tipo de declaraciones.
Quien sí que habló el pasado jueves fue la alcaldesa de Calais, la conserevadora Natacha Bouchart, que no se privó de pedir al primer ministro británico, Boris Johnson, que se calme y que modifique sus prioridades porque lo que no puede ser es que los barcos de la Marina del Reino Unido intervengan en aguas francesas.
A juicio de Bouchart, el problema viene de la legislación británica de inmigración, que no se ha modificado en dos décadas. «Si los migrantes quieren entrar, es porque los británicos han creado un efecto llamada»., expresó la alcaldesa.