Un hombre cuida hoy de sus hijos en un asentamiento informal cercano al crematorio municipal, al oeste de Tegucigalpa (Honduras). EFE/HUMBERTO ESPINOZA

Tegucigalpa – La crisis desatada por la pandemia de coronavirus en Honduras provocará una caída sin precedentes del PIB del 12 %, engrosará la informalidad y empujará a miles de personas a la pobreza, por lo que el país requiere una estrategia integral que permita apoyar a los más desfavorecidos.

Honduras podría ser uno los países de Centroamérica con el mayor impacto en su crecimiento económico debido a la COVID-19, con una pérdida de hasta el 12 % del producto interno bruto (PIB), dijo a Efe el economista hondureño Ismael Zepeda.

El país centroamericano, al igual que Nicaragua, tendrá «una caída estrepitosa» de su economía, lo cual es producto del «(mal) manejo de la pandemia, es decir la capacidad de respuesta casi nula para gestionar de mejor manera la pandemia y una reapertura inteligente», subrayó.

El cierre de empresas y el aumento de personas sintecho es el reflejo de la falta de políticas públicas para poder recuperar su economía y de un plan integral para enfrentar la pandemia, añadió Zepeda, economista del Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (Fosdeh, privado).

De acuerdo a estimaciones, Honduras podría enfrentar una de las peores crisis económicas, algo no visto en el último siglo, como consecuencia del coronavirus, señaló el economista, que ha causado en el país más de 76.000 contagios y 2.323 muertos, según el estatal Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager).

«Este gobierno se ha caracterizado por la improvisación y el ilusionismo de que existen en algunos planes, sino busquemos el Plan 20/20 y otros que siempre hablan de 600.000 empleos, el rescate de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) (…) uno no ve un plan contundente para el manejo de gestión del COVID-19 y el fortalecimiento del sistema sanitario público», explicó.

FALTA UN VERDADERO PLAN DE REACTIVACIÓN ECONÓMICA

El economista lamentó que el Gobierno no tenga «un verdadero plan» de reactivación económica encaminado a promover políticas públicas que garanticen acceso a créditos, reducción de impuestos, focalizar el gasto público y asignar más recursos a programas sociales.

En Honduras «seguimos en una ola que nos va arrastrar hasta finales de año, no va a ver una salida inteligente o una dinámica de recuperar estos seis meses de encierro, sino que vamos a estar entre el estira y encoge de salir, contagiarnos, deteriorar la economía por no tener también la fuerza legítima del Estado para implementar el confinamiento real», agregó.

La crisis económica profundizará además la pobreza, las desigualdades sociales, la migración y la violencia, y provocará que Honduras tenga una «economía totalmente devastada» en 2021, aseguró Zepeda.

COVID-19 AUMENTARÁ LA INFORMALIDAD

El coronavirus amenaza también con engrosar la informalidad en Honduras, donde alrededor del 60 % de la población está en ese mercado laboral, señaló.

«La informalidad se va a disparar, ya lo estamos viendo», subrayó Zepeda, quien indicó que la grave crisis económica también podría provocar una caída de hasta el 25 % de la recaudación tributaria en 2020, lo que ha llevado al país a endeudarse para sobrellevar su situación financiera, advirtió el economista.

Más de 250.000 personas han perdido su empleo a consecuencia de la paralización económica en Honduras, donde el 44 % de las micro, pequeñas y medianas empresas han cerrado operación por falta de ingresos, indicó a Efe el economista hondureño Alejandro Kafatti.

En su opinión, en un escenario «positivo» la pandemia de coronavirus podría causar la pérdida de al menos 350.000 puestos de trabajo en el país.

«En el peor escenario en una crisis de más largo plazo, incluyendo el 2021, Honduras podría alcanzar la cifra histórica de 1,1 millones de compatriotas desempleados a consecuencia de la recesión económica que ha dejado el COVID-19», subrayó.

La crisis también elevará los índices de pobreza en Honduras, donde este año «cerca del 70 por ciento de los hondureños estarían cayendo dentro de la pobreza y cerca del 50 por ciento en pobreza extrema», enfatizó Kafatti.

Para el 2021, señaló, tres de cada cuatro hondureños serán pobres y dos de cada tres vivirán en extrema pobreza, cifras que dejan entrever un panorama social «bastante difícil y precario».

Ante este panorama, Kafatti recomienda al Gobierno implementar «una verdadera estrategia integral» que permita atraer mayor inversión nacional y extranjera y generar más empleo para apoyar a los más pobres.

MEDIDAS FISCALES INSUFICIENTES

Honduras ha implementado una serie de medidas paliativas, en especial fiscales, pero estas «son insuficientes» porque están dirigidas a la gran empresa y han «marginado» a las MiPymes, que generan cerca del 70 % de los empleos en Honduras, indicó el economista.

Lamentó que hasta ahora el Gobierno no ha ejecutado ninguna medida económica y social para «revertir las consecuencias sociales» causadas por la COVID-19.

Para Kafatti, el Gobierno de Honduras no cuenta con un plan anticrisis, por lo que las medidas de reactivación económica en 2021 serán «extremadamente limitadas».

«El país y el Gobierno no poseen los recursos necesarios para poder implementar acciones y medidas eficaces para revertir las consecuencias económicas y sociales, y no se visualiza un liderazgo ni una estrategia clara para poder reactivar la economía de cara a los próximos años», explicó.

Aseguró que si el país no implementa «medidas pertinentes» podría retroceder al menos cinco años en temas económicos y sociales, lo cual agudizará la pobreza, el desempleo y aumentará la inseguridad ciudadana y la migración.