Washington – La pandemia derivada de la covid-19 y la guerra en Ucrania han supuesto el mayor frenazo en los avances en la reducción de pobreza a nivel mundial desde 1990, según un informe del Banco Mundial publicado este miércoles.
Con base en los resultados de su estudio, el organismo financiero internacional proyectó que casi 600 millones de personas deberán subsistir con menos de 2,15 dólares al día en 2030, impidiendo así el objetivo internacional de eliminar la pobreza extrema para ese año.
El Banco Mundial estima que la pandemia empujó a unos 70 millones de personas a la pobreza extrema en 2020, el mayor aumento en un año desde que se comenzó a hacer un seguimiento de esta métrica en 1990.
En consecuencia, se calcula que a finales de 2020, 719 millones de personas subsistían con menos de 2,15 dólares al día, el umbral fijado para determinar la pobreza extrema.
“Los avances en la reducción de la pobreza extrema básicamente se han detenido, a lo que se suma un escaso crecimiento de la economía mundial”, indicó en un comunicado al presentar el informe el presidente del Grupo Banco Mundial, David Malpass.
Malpass citó además la inflación, la depreciación de diversas monedas y las crisis superpuestas más generales en el ámbito del desarrollo como factores adicionales que contribuyeron a este frenazo en la reducción de la pobreza.
En el informe se afirma que 2020 marcó un punto de inflexión histórico: la era de la convergencia de ingresos en el mundo terminó y dio paso a la divergencia.
Así, la mayor parte del costo de la pandemia recayó sobre los más pobres, puesto que entre los sectores que se ubican en el 40 % más bajo de la distribución, las pérdidas de ingresos alcanzaron un promedio del 4 %, es decir, el doble que entre el 20 % más rico.
Como resultado, la desigualdad mundial se elevó por primera vez en décadas.
El informe también indica que en la actualidad, la zona del África subsahariana alberga el 60 % de todas las personas en situación de pobreza extrema (389 millones de individuos viven bajo ese umbral).
Según el ente financiero, para alcanzar el objetivo de reducción de la pobreza fijado para 2030, cada país de la región subsahariana debería lograr un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) per cápita del 9 % al año durante el resto de la década actual.
Según el informe, las reformas de las políticas públicas nacionales pueden ayudar a reanudar los avances en la reducción de la pobreza, aunque también será necesario intensificar la cooperación internacional.
En lo que respecta a la política fiscal, el Banco Mundial urgió a los Gobiernos a evitar los subsidios generales y aumentar las transferencias monetarias focalizadas, poner énfasis en el crecimiento a largo plazo y movilizar ingresos internos sin perjudicar a los pobres.