Phoenix (AZ) – Albergues e iglesias de los estados fronterizos que en el pasado ayudaron a miles de migrantes y solicitantes de asilo se ven incapaces esta vez de atender la nueva ola de extranjeros que están siendo liberados por las autoridades federales debido a la falta de fondos y las precauciones debido a la pandemia.
«Se me parte el alma y el corazón pero no hay nada que podamos hacer por los inmigrantes en este momento. Ya hablé con 17 iglesias en Arizona y no tienen ni los recursos, ni su personal está vacunado para atender a tanta gente», aseguró a Efe Magdalena Schwartz, directora de la Alianza de Líderes Religiosos del Valle, quien maneja albergues para inmigrantes en Phoenix.
A principio de la semana empezaron a llegar autobuses cargados de solicitantes de asilo que eran transportados a Tucson, Yuma y Phoenix (Arizona) por parte de las autoridades migratorias.
CAMBIO DE POLÍTICAS MIGRATORIAS
Este arribo masivo obedece a las nuevas políticas de Joe Biden que anulan las medidas tomadas por Donald Trump de negar la entrada a Estados Unidos a los refugiados, orillándolos a llevar sus procesos legales desde México.
Una vez abiertas las fronteras, los líderes de albergues y organizaciones pro inmigrantes han externado su preocupación, ya que por las restricciones de salud pública impuestas por las autoridades a raíz de la propagación de la covid-19 no están preparados para prestar ayuda a una «segunda ola de migrantes», que vaticinan será más abundante.
«El gobierno tiene que responder, ya tuvimos la experiencia en el pasado que los dejaban en las calles o en la estación de autobuses y respondimos al llamado de emergencia por la crisis humanitaria, pero no teníamos el coronavirus. Me da tristeza pero no hay asistencia por el momento», afirmó Schwartz.
Mientras los refugios toman sus medidas preventivas, el número de migrantes que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México se dispara y solo en el caso de los menores no acompañados casi se ha triplicado solo en las últimas dos semanas.
Más de 3.250 menores se encuentran actualmente detenidos en la frontera, y la administración de Biden, según informan medios nacionales, no pueden encontrar refugios para los miles que intentan cruzar la frontera.
A medida que pasan los días el flujo migratorio crece y para encarar el problema, una delegación gubernamental liderada por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, visitó el fin de semana la frontera con México para evaluar cómo «mejorar» la respuesta de la Casa Blanca al auge en la llegada de indocumentados, especialmente de menores no acompañados.
Y no es para menos.
CAMPESINOS AYUDAN A LOS MIGRANTES
Emma Torres, directora ejecutiva de Campesinos sin Fronteras, una organización enfocada a ayudar a trabajadores del campo, relató a Efe que han tenido que hacerse cargo de cientos de migrantes que han sido dejados a las calles de Yuma, pese a que no es la misión de esta organización.
«Son migrantes de Cuba, Brasil, Rumanía, África, Haití, Venezuela, la mayoría no saben ni dónde están y muchos desconocen el idioma. Son dejados en edificios abandonados o cerca de un (restaurante) Jack in the Box, así que tuvimos que responder a la emergencia como personas de fe», señaló Torres.
Pero aclaró que ellos no están preparados para recibir refugiados y solo actuaron en un acto de «humanidad y compasión» al recibir los reportes de la comunidad acerca de los inmigrantes desorientados recorriendo las calles de la ciudad.
«No tenemos el corazón de dejar a mujeres embarazadas, bebés de meses en las calles. Estaban completamente perdidos así que los ayudamos a contactarse con sus familias para llegar a su destino, estamos recibiendo más de 50 inmigrantes diarios», comentó.
Torres informó que desde el pasado 26 de febrero han ayudado a 550 inmigrantes, quienes además se someten a la pruebas del coronavirus gracias a una clínica local para ser canalizados posteriormente a refugios en San Diego (California), Phoenix y Tucson.
«Solo una iglesia los quiso recibir en Yuma si traen la prueba de no estar contagiados. Los que salen positivos se les pone en cuarentena en hoteles, pero ya no es sustentable, en una semana gastamos 15.00 dólares en transporte y hotel, sin contar la comida, máscaras y desinfectante», expresó.
La activista hizo un llamado a las autoridades ya que la crisis va en ascenso, «el gobierno tiene que actuar, nosotros podemos ayudar por un periodo limitado, pero vemos que políticamente nadie está involucrado y tienen que tomar decisiones ante esta problemática».
Héctor Ramírez, el pastor de la Iglesia Cristiana del Buen Pastor en Mesa (Arizona) dijo a Efe que no están recibiendo migrantes, al igual que la mayoría de las congregaciones en el estado: «Sabemos que lo están canalizando al Centro de Bienvenida, pero solo tiene capacidad para 120 personas como máximo».
«Este problema apenas empieza en Arizona, y se espera una avalancha superior que la pasada, ya están dejando a los inmigrantes en las esquinas, en Tucson los están poniendo en moteles y pues las iglesias estamos devastados económicamente para responder a la emergencia», afirmó.
Ramírez teme por un «desbordamiento» de refugiados debido a las políticas relajadas de Biden hacia la migración.
«Causó una marea de migrantes que están llegando porque abrió las fronteras. Se avecina un caos del que tienen que responsabilizarse», criticó.