Madrid – La cumbre de las Américas que se celebrará en junio en Los Ángeles se centrará en la declaración regional sobre la migración y la protección en la que actualmente trabaja Estados Unidos con socios de toda la región, según informó este martes la embajadora de EEUU en España y Andorra, Julissa Reynoso.

«La estrategia del Gobierno de Estados Unidos está centrada en fortalecer la colaboración para gestionar la migración en América del norte y Centroamérica de manera que sea segura, ordenada y humana» matizó Reynoso en el seminario «Democracia y derechos humanos en las sociedades transatlánticas», celebrado en la Universidad de Alcalá (Madrid).

Para la embajadora estadounidense, de origen dominicano, «la falta de respeto de los derechos humanos, la falta de oportunidades económicas y la seguridad ciudadana» es el causante de las migraciones y desplazamientos forzados de los colectivos «más vulnerables».

«Soy inmigrante y, para mí, el término inmigrante es equivalente a oportunidades, pero también significa salir de lo conocido y buscar y tomar tremendos riesgos en busca de nuevas oportunidades», agregó.

Al mismo tiempo, reconoció que en EEUU aún queda mucho por hacer para acabar con los problemas de racismo y discriminación sistemática que azotan al país.

LOS DESAFÍOS DE LA DEMOCRACIA

Para Reynoso, «la democracia está siendo atacada», especialmente en países como Venezuela y Cuba donde los ciudadanos «siguen sin poder cambiar su gobierno pacíficamente, a través de unas elecciones libres».

También se refirió a Nicaragua como un país cuya situación «es extremadamente preocupante tras un proceso electoral calificado por grupos de observadores independientes y organizaciones internacionales de gravemente defectuoso».

Como situación más reciente, la embajadora definió al mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, como un presidente que «directa o indirectamente continúa socavando las instituciones y los procesos democráticos, incluidos la separación de poderes y la integridad de los sistemas y procesos judiciales, constitucionales y electorales».

«En América Latina estamos viendo un retroceso sumamente importante», sentenció.

No obstante, reconoció que el país al que representa «no está exento de amenazas y recordó que el 6 de enero del año pasado -cuando simpatizantes de expresidente de EEUU Donald Trump irrumpieron por la fuerza en el Capitolio durante la sesión en la que se validaban de forma oficial los resultados de las elecciones de noviembre- «está muy presente en la conciencia colectiva de los estadounidenses».

La embajadora insistió en que su país está comprometido «con la lucha contra las amenazas para la democracia dondequiera que existan», y subrayó que la fortaleza de su democracia “va unida a la fortaleza de las democracias en todo el mundo”.