Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – Muchas zonas en el territorio hondureño, empezaron a ver de la noche a la mañana el desarrollo de una economía efímera, que, aunque presagiaba que se trataba de un espejismo sospechoso y hasta malévolo, algunos incautos cayeron pensando que se trataba de progreso.

Sin embargo, muy pronto se cayó el telón y así tristemente los hondureños se enteraron que, así como la delincuencia y la corrupción han penetrado en todos los sectores, así mismo lo ha hecho el narcotráfico llegando a un concepto más amplio de crimen organizado.

Entonces ese crimen organizado, que tiene como uno de sus mayores tentáculos el tráfico de drogas, también penetra la economía formal e informal, tomando fuerza con negocios de todo tipo en el que impera el lavado de activos.

La huella de la economía ilegal

Los especialistas están seguros que hay una huella profunda en el sector económico en el mundo y en particular en el país, debido a la influencia de la economía ilegal o en este caso del narcotráfico; sin embargo, es casi imposible de cuantificar la dimensión real del impacto de las actividades ilícitas en los distintos mercados.

Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, (UNODC), el comercio ilegal del crimen organizado suma aproximadamente ganancias anuales de más de 2 billones (trillones) de dólares.

La influencia del narcotráfico en la economía es un fenómeno complejo y perjudicial que afecta a los países y Honduras no es la excepción, entonces el territorio hondureño ha sido perjudicado de diversas maneras, principalmente hay más corrupción, debilitamiento institucional y distorsión de los mercados, dijo a Proceso Digital, el economista Ismael Zepeda.

El especialista explicó que el dinero del narcotráfico distorsiona los mercados locales, ya sea inflando artificialmente los precios de ciertos bienes y servicios o creando monopolios ilegales en diferentes rubros como la agricultura y el transporte, entre otros.

Uno de los sectores que suele ser más afectado por la mala imagen o la violencia asociada con el narcotráfico es el turismo porque eso puede disuadir a los turistas y a los inversores extranjeros de visitar o invertir, lo que tiene un impacto negativo directo en la economía local.

Añadió que esas distorsiones afectan negativamente a la competencia y dificulta el crecimiento económico legítimo. También se ve que hay una ausencia del Estado en esos flujos ilícitos del narcotráfico particularmente en el lavado de activos.

Nelson Castañeda, de ASJ.

Narcotráfico incidencia peligrosa

El director de Seguridad y Justicia de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), Nelson Castañeda, coincide con el economista en cuanto a que el narcotráfico corrompe a funcionarios públicos, lo que debilita las instituciones gubernamentales.

Esta corrupción socava el estado de derecho y la confianza en el sistema judicial, lo que a su vez desalienta la inversión extranjera y obstaculiza el desarrollo económico, por lo que la afectación de la economía ilegal es en doble vía, tanto interna como externa, anotó en entrevista con Proceso Digital.

“Honduras se posiciona como un país altamente peligroso con una alta incidencia del narcotráfico, más el tráfico de armas, extorsión y otros delitos asociados al crimen organizado, y todos esos actores en una misma red involucrados en el crimen organizado generan una afectación grave a la economía”, mencionó.

El especialista recordó que el flujo del dinero que se obtiene por estos ilícitos como el narcotráfico, la extorsión y tráfico de armas se maneja bajo el lavado de activos u ocultamiento del dinero lo que compromete la economía del país.

Los aseguramientos ejecutados, mediante la Operación Hefesto, contra testaferros del hondureño Sergio Neftalí Mejía Duarte, muestran la opulencia del narco.

Economía criminal coexistiendo con la economía formal

El Departamento de Estado de Estados Unidos estima que el 95% por ciento de la cocaína transportada de Suramérica a Estados Unidos pasa por los corredores centroamericanos y mexicanos; y más del 80 % de ésta hace una parada en Centroamérica.

Mientras tanto un informe de InSight Crime, detalló que normalmente, el precio que se cobra por el transporte de cocaína es la diferencia entre el precio al por mayor de la droga donde es recogida y su precio donde es llevada.

La investigación establece que, en el caso de Honduras, esta diferencia está en el rango de 2,000 y 2,500 dólares por kilo desde el momento en el que la droga entra en el país hasta el momento en el que sale. El precio de la cocaína varía claramente, pero la diferencia se ha mantenido estable por varios años. Esto implica que solamente el mercado del transporte de drogas tiene un valor anual de entre 600 y 750 millones de dólares, lo cual representa entre el 3 y el 4 por ciento del PIB del país.

Un enorme autolote incautado a organizaciones criminales.

“Según nuestras estimaciones, los ingresos por el tráfico de drogas representan más de la mitad de lo que el país obtiene con el café, su principal producto de exportación”, dice InSight Crime.

Según los economistas estas cifras apenas son mínimas en relación a la realidad   de lo que representa la influencia del narcotráfico en la economía, es decir que en el país la economía ilegal o también llamada por otros, economía negra coexiste con la economía formal e informal.

Cuando se ven las incautaciones de grandes riquezas o cuentas de narcotraficantes que ha hecho el Ministerio Público “es la punta de un alfiler porque al final la economía de Honduras ha sido tan penetrada por el narcotráfico que convive en todas las áreas económicas, sociales y políticas del país”, apuntó el economista Ismael Zepeda.

Lujosas residencias de los Valle en el occidente de Honduras.

Auge y decadencia de economía en aposentos de narcos  

En la medida que los carteles nacionales se afianzaban en el territorio nacional también crecían sus imperios económicos penetrando en negocios legales para blanquear sus capitales, en distintos sectores económicos como bienes raíces, agricultura, palma africana, cooperativas agrarias, haciendas, zoológicos, ganadería y transporte entre otros.

Occidente

Una de las zonas que floreció con el narcotráfico a vista y paciencia de todos fue el occidente, específicamente el departamento de Copán, territorio de los Valle Valle, uno de los grupos criminales de mayor poderío en Honduras.

Los Valle Valle, son originarios de la comunidad de El Espíritu, municipio de Florida, Copán, donde pequeñas comunidades se convirtieron en propiedades de ensueño, llenas de lujo de esas que solo se ven en las películas o narco-series, fue tanto el auge en esa zona, que se conoce que capos de lo más alto del mundo de la droga, como el Chapo Guzmán, llegaron a pernoctar por esos lares.

Crearon un emporio millonario que lógicamente traspasó la economía de la zona y de muchas otras zonas del país, según datos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, los Valle Valle, introducían mensualmente entre 5 y 20 toneladas de cocaína a Estados Unidos.

Entre los testimonios posteriores de exmiembros de ese clan revelaron que ganaban más de 800 mil dólares por cada cargamento.

El zoológico Joya Grande fue una de las más evidentes inversiones de Los Cachiros.

Norte y Oriente

La zona norte y oriental del país, son de las más impactadas por el narcotráfico, y por ende un fuerte impacto en la economía ilegal mezclada con las actividades agrícolas y ganaderas propias del área rural como los negocios con madera, palma africana, agricultura y ganadería, entre otros.

Aquí se puede mencionar a “Los Cachiros”, organización criminal, integrada por miembros de la familia Rivera Maradiaga, que residían y operaban en el departamento de Colón y parte del atlántico hondureño, al tiempo que extendieron su red de ilícitos con otras redes criminales del país.

Los Cachiros pretendieron disimular sus capitales ilícitos del narcotráfico en millonarias inversiones en empresas confundidas con la economía formal entre estas: Ganaderos Agricultores del Norte, S. de R.L. de C.V; Palma del Bajo Aguán, S.A.; Minera Mi Esperanza, S.A.; Inmobiliaria Rivera Maradiaga, S.A. de C.V; e Inversiones Turísticas Joya Grande, S.A. de C.V.

En la misma zona del Litoral Atlántico, hizo su historia el Clan Montes Bobadilla en las montañas de Limón, Colón, mezclando sus jugosas ganancias del tráfico de drogas y armas con la economía formal e informal de varias zonas del país.

También en Olancho, se vio la influencia económica del Clan Amador, particularmente mezclando sus capitales en los negocios ilícitos de madera,  y bienes raíces, su poderío económico no se pone en duda ya que, entre las incautaciones hechas por el Ministerio Público, se pudo apreciar que eran grandes terratenientes y disfrutaban de lujos y excentricidades.

Con la caída de los principales cárteles también han entrado en decadencia económica las zonas de influencia de sus cabecillas, y se ve el deterioro económico de comunidades que iban en auge y que ahora se ven deterioradas o al menos pausadas.

 Producto del poderío económico de los distintos cárteles de la droga que operaron y otros que siguen operando en el país, la economía del país, está fuertemente infiltrada por el narcotráfico, tanto que no se sabe dónde pueden estar sus límites, apuntan expertos, que también refieren que ni en países desarrollados es fácil establecer el grado de afectación del crimen organizado en la economía formal.

Otra de las propiedades incautadas a Los Valle.

Desarrollo pagado con sangre

El aparente desarrollo económico que se vio en varias zonas del territorio nacional como el norte del país La Ceiba, en Atlántida, El Bajo Aguán en Colón, y la región insular; el departamento de Olancho y varios municipios de Copán, Lempira y Santa Bárbara en el occidente e incluso en territorio de La Mosquitia, ha pasado una factura demasiado alta porque en esas zonas, así como florecieron empresas, casas bonitas y lujosos automóviles, también aumentó la violencia.

La violencia y la criminalidad afecta severamente la economía legal, porque el aumento en los homicidios relacionados con el narcotráfico afecta a la población que se ve desplazada forzosamente de sus territorios y el precio de las propiedades especialmente en las zonas más pobres cae de manera estrepitosa.

Muchos grupos campesinos de rubros tradicionales o defensores de la tierra han sido desplazados orillándoles a incrementar las estadísticas de la migración, por otra parte, los clanes de la droga han corrompido el alma de jóvenes lugareños que han visto una salida fácil en el mundo de las drogas, pero que al final también les atrapa el fantasma de la muerte.

La sinopsis de los expertos en economía consultados por este medio es que, el narcotráfico tiene un impacto profundamente negativo en la economía de los países y particularmente en Honduras ha logrado socavar las instituciones, distorsionar los mercados, aumentar la desigualdad, afectar el turismo y la inversión extranjera, y generar costos significativos en términos sociales, de seguridad y salud pública. PD