Tegucigalpa – La limitada cantidad de pruebas de laboratorio PCR impide ver con claridad, desde el punto de vista epidemiológico, qué está pasando a nivel del campo en Honduras con la pandemia de la COVID-19, que desde marzo ha dejado más de 2.000 muertos y los contagiados superan los 71.000.
Así lo dijo este lunes a Efe en Tegucigalpa el científico hondureño Marco Tulio Medina, quien subrayó que la única forma de aplacar la pandemia es mediante una estrategia que permita una «vigilancia epidemiológica estricta».
Agregó que en ese sentido se coordinan acciones con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), con el uso de la prueba de antígeno.
RIESGOS DE UNA APERTURA ECONÓMICA ACELERADA
Medina, exdecano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), señaló que una reapertura económica del país «demasiado apresurada, sin ningún control estricto epidemiológico», «sería un grave error».
La vigilancia epidemiológica de los casos positivos de COVID-19, su aislamiento, tanto en su casa como en los sitios de trabajo; el transporte, lo mismo que el seguimiento de la apertura económica de manera gradual, sería el «indicador que nos permitiría estar seguros de que debemos continuar o retroceder», recalcó el científico.
La reactivación económica se inició hacia la segunda semana de julio con la «fase uno», pero unos 28 municipios, de los 298 que tiene el país, continúan en «fase cero» por la alta incidencia que registran de casos de COVID-19.
Una reapertura económica, sin un control estricto, puede repercutir con «un rebrote, tal como ha pasado en Europa», reiteró Medina, quien además recordó que en algunas regiones como en la isla de Roatán, en el Caribe hondureño, y Juticalpa, en el oriental departamento de Olancho, «se está observando un incremento significativo» de personas que han contraído la mortal enfermedad.
Esa situación está provocando una saturación de los hospitales de esas y otras comunidades.
En el caso de Roatán, su hospital ha tenido una saturación de más del 200 % de su capacidad, según indicó Medina, quien además está ligado en proyectos sanitarios con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la OPS.
En lo que respecta a San Pedro Sula y Tegucigalpa, en el norte y centro del país, las dos ciudades más importantes de Honduras y principales epicentros de la pandemia, Medina dijo que se ha venido observando una meseta, pero en los últimos días se ha registrado un «incremento pico, lo que nos hace temer de que pudiéramos entrar en un rebrote».
FALSA PERCEPCIÓN DE QUE NO HAY VIRUS
La pandemia de COVID-19 en Honduras se comenzó a expandir en marzo, y desde entonces se han registrado 2.184 muertos y 71.616 contagiados.
«Es crucial que la población entienda que esta apertura no quiere decir que la enfermedad ha sido controlada», señaló Medina.
El galeno expresó que mucha gente ha tenido la necesidad de salir del confinamiento debido a la falta de un ingreso económico, en un país donde más del 60 % son pobres, y de esa cifra el 20 % vive en pobreza extrema.
Una economía cerrada, con un país con tantos pobres, puede llevar a otros problemas, como una hambruna y un desequilibrio social, pero alguna población cree que si se da una reapertura económica es porque ya no hay virus en el país.
«Eso es un error, en algunas personas hemos observado un relajamiento con las medidas de bioseguridad, particularmente con el el uso de mascarillas, la que muchos no llevan, o el distanciamiento con los demás, que no lo cumplen», indicó Medina.
Señaló además que tampoco se está respetando la recomendación de evitar las aglomeraciones de personas, por la misma «falsa percepción de que ya no hay virus».
En opinión de Medina, aunque la circulación de personas ha sido restringida, saliendo hasta el domingo únicamente a partir del último dígito de su carné de identidad, o pasaporte, en el caso de los extranjeros, lo han venido haciendo más de las autorizadas.
A partir de hoy, la circulación de personas se amplió a dos dígitos y se autorizó la apertura de más restaurantes, en los que se podrá atender, en su interior, a un máximo del 50 % de su capacidad.
MÁS CASOS DE PERSONAL SANITARIO CONTAGIADO
Según el profesional hondureño, en el país también están aumentando los casos de personal sanitario que ha contraído la mortal enfermedad.
«Tenemos varios médicos y enfermeras hospitalizados por ese repunte», dijo Medina, quien recordó además que ese personal es indispensable y se está exponiendo.
Agregó que la relajación durante pandemia se observa más en jóvenes de ciudades como San Pedro Sula y Tegucigalpa, con grupos que no están siguiendo las instrucciones del uso de mascarillas.
«Es un porcentaje significativo de esta población que está como retando a la enfermedad, o que no les importa infectarse, hace falta un poco de más conciencia en la población y eso puede conllevar a un incremento mayor de casos», apostilló.