Bruselas.- La falta de un país dispuesto a permitir el desembarco en su territorio de los 134 migrantes a bordo del Open Arms está bloqueando una solución a la crisis, pese a la oferta de seis Estados miembros de la UE, incluido España, de acoger a parte de esa personas, indicó este viernes una portavoz comunitaria.

«La Comisión Europea está preparada para dar coordinación y apoyo operativo sobre el terreno tan pronto como se nos pida y una vez que se haya encontrado una solución para el desembarco», dijo hoy en rueda de prensa la portavoz comunitaria Vanessa Mock.

La portavoz se refirió a los «muchos avances en las últimas 48 horas» y valoró que Alemania, Francia, España, Luxemburgo, Portugal y Rumanía hayan «cooperado» y «mostrado solidaridad y estén dispuestos a participar en el reparto de las personas a bordo».

Por su parte, la portavoz comunitaria Tove Ernst precisó que para desbloquear la situación hace falta que un país de la Unión Europea (UE) permita el desembarco en su territorio de las personas a bordo del navío.

«No hay una reubicación si no existe un desembarco», dijo la portavoz, y añadió que normalmente el hecho de contar con países dispuestos a acoger a los inmigrantes facilita encontrar un puerto de desembarque.

Fuentes comunitarias explicaron que los equipos de la Unión Europea que tendrían que intervenir en la reubicación de los migrantes, como la Guardia Europea de Fronteras y Costas, se están preparando para diferentes escenarios sobre dónde podría atracar el barco.

Sin embargo, dado que deben desplegarse físicamente sobre el terreno es imposible comenzar el proceso antes de conocer a qué puerto se trasladará a las personas que están en la nave.

La Comisión insistió hoy en que «la situación de las personas bloqueadas en el mar es insostenible» y que hacen falta «soluciones permanentes».

«Esto no es la responsabilidad de uno o dos países si no de toda Europa», señaló Mock, que añadió que Bruselas también pide a los Estados miembros que avancen en los llamados «acuerdos temporales» para afrontar las crisis que se producen periódicamente, por la presencia de buques que llegan al Mediterráneo con migrantes a bordo.

Esos acuerdos son una solución que impulsan Francia y Alemania desde hace unos meses, a falta de una decisión definitiva sobre la reforma de la normativa que regula el régimen de asilo en la UE.

La próxima reunión en la que se tratará ese asunto tendrá lugar en Malta en septiembre, según fuentes comunitarias.

España, Francia, Alemania, Rumanía, Portugal y Luxemburgo se ofrecieron el jueves para acoge a las personas que quedan a bordo del Open Arms, que lleva dos semanas en alta mar.

Sin embargo, aún no tienen el permiso para desembarcar en un puerto seguro.

El buque lleva horas fondeado en aguas italianas después de que un tribunal de ese país dejara sin efecto la orden del ministro del Interior, Matteo Salvini, de prohibirle su entrada bajo amenaza de multas millonarias y de confiscación de la nave.

Sin embargo, aún no tiene permiso para atracar en un puerto, y esa autorización depende de Salvini, quien ya ha dejado claro que no lo va a otorgar: «En 15 días habría ido y vuelto tres veces a España. Es evidentemente un ataque político a Italia», dijo el ministro italiano.

En cuanto a la situación del «Ocean Viking», la nave de Médicos sin Fronteras y SOS Mediterranée que también espera un puerto seguro en el Mediterráneo con 356 migrantes, las fuentes comunitarias aseguraron que continúan los contactos con los Estados para encontrar una solución.