Los Ángeles (EEUU) – Si se teclea en Google «Los Ángeles Azules», se obtiene un texto predictivo que, entre otras opciones, completa la frase con: «cuánto cuesta contratarlos». Esa es la pregunta que miles de personas se han cuestionado previamente sobre un grupo al que idolatran y que impacta de igual forma en jóvenes y adultos.
«Nadie se podía imaginar que el impacto de la música se acabara midiendo en visitas y reproducciones. Nosotros venimos de los discos de acetato y ya luego de los CD», explicó el líder de Los Ángeles Azules, Elías Mejía, en una entrevista con Efe.
A pesar de su larga trayectoria, la banda mexicana compuesta por los seis hermanos Mejía Avante trasciende generaciones llegando con su cumbia tropical también a oyentes adolescentes, y ha transitado con éxito diferentes etapas de la industria musical.
Sus números en plataformas como YouTube son enormes, con registros puntuales difícilmente equiparables a otros grupos latinoamericanos.
Temas como «Nunca Es Suficiente», junto a Natalia Lafourcade, superó los 1,500 millones de visitas y otros como «Mis Sentimientos», en colaboración con Ximena Sariñana, rondan los 1,120 millones.
«La buena acogida de nuestras canciones se debe a que le cantamos al amor en tono de fiesta, mi hermano Jorge es muy bueno componiendo las letras, sabe qué piezas tiene que tocar», argumentó Alfredo Mejía, a cargo del teclado y el acordeón en Los Ángeles Azules.
Una respuesta inmediatamente complementada por la visión de su hermano Elías, para quien las colaboraciones del grupo con nuevos talentos latinoamericanos «es fundamental» a la hora de continuar captando a un público joven que tiene a golpe de clic un sinfín de géneros y estímulos musicales distintos.
Recientemente, el grupo fusionó su estilo con el ‘trap’ melódico de la argentina Nicki Nicole -una jovencísima cantante que despunta como fenómeno mediático en España y Latinoamérica- bajo la canción «Otra Noche», que se ha colado en todas las listas de éxitos juveniles y suena habitualmente en la radio comercial.
Los sencillos «Amor a primera vista», con la hispanomexicana Belinda, o «Cumbia a la gente», de la mano del reguetonero puertorriqueño Guaynaa, también demuestran la predisposición y el respeto del grupo mexicano hacia las nuevas tendencias.
Aunque, fiel a sus orígenes, Los Ángeles Azules sigue preservando los ritmos propios del fenómeno social de los sonideros, de los que surgieron y en los que un animador pone a bailar cumbia, salsa o bachata a un grupo de gente en la calle con su micrófono, altavoz y mesa de mezclas.
Esa esencia es la que buscan transmitir en su nueva gira que, con un guiño al área próxima a la Ciudad de México que les vio crecer, se titula «De Iztapalapa Para El Mundo».
Un tour de agosto a abril que constará de 34 fechas por algunos de los auditorios y recintos más destacados de Estados Unidos.
Además, «De Iztapalapa Para El Mundo» les llevará a tres ciudades en las que aún no han actuado en sus cuatro décadas de trayectoria: Boston, Nueva Orleans y Miami.
En esta última, el grupo espera un recibimiento «espectacular» por parte de un público con nutrida presencia latina que «llevaba pidiendo» mucho tiempo una actuación allí.
Antes de que arranque la gira, Los Ángeles Azules actuará en el legendario estadio Luna Park de Buenos Aires (Argentina), donde cantaron estrellas como Frank Sinatra o Luciano Pavarotti y en el que han conseguido colgar el cartel de «no hay billetes» para sus cuatro conciertos consecutivos a principios de junio.
Orgullosos hijos de chófer y de una madre que «no permitía que el grupo continuase sin que todos tuvieran carrera universitaria», Los Ángeles Azules aconsejan a los nuevos músicos que comiencen por diversión, sin dejar los estudios de lado y así «llegará el éxito».