Melilla – El paso fronterizo de Beni-Enzar, el más importante de los cuatro que conectan España y Marruecos en Melilla, ha reabierto esta medianoche sus puertas después de 795 días transcurridos en los que ha estado cerrado por la pandemia del coronavirus y la crisis política entre los dos países.
La expectación en el entorno del paso fronterizo era máxima desde minutos antes de la reapertura, con cientos de personas que han acudido hasta allí para presenciar un momento histórico ya que, desde que Marruecos cerró la verja el 13 de marzo de 2020, solo se había vuelto a abrir pocos meses después para repatriaciones puntuales de marroquíes atrapados en Melilla.
También se han desplazado hasta la frontera el presidente de la Ciudad Autónoma, Eduardo de Castro; la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, y algunos diputados locales de Coalición por Melilla (CPM), el principal partido del Gobierno de la Ciudad Autónoma, que han querido ser testigos de una reapertura que pone fin al periodo de cierre más largo de la historia de esta infraestructura.
Poco después de la medianoche, agentes de la Policía Nacional han abierto la verja que ha mantenido separados ambos territorios durante más de dos años y dos meses entre vítores y gritos de alegría que llegaban desde el lado marroquí y, sobre todo, desde la rotonda de la parte española, donde decenas de personas han hecho la cuenta atrás cuando las agujas del reloj se acercaban a la medianoche.
Instantes después, han empezado a cruzar los primeros ciudadanos hacia Marruecos, algunos cargados con maletas y prácticamente todos con la misma expresión de alegría en sus caras.
Entre los primeros que han pasado la frontera, a pie y en vehículo, había padres y madres con niños pequeños que, mientras pasaban el control documental, revelaban a los periodistas su deseo de volver a abrazar y besar a los familiares que tienen al otro lado de la frontera en el que será, en la mayoría de los casos, su reencuentro desde que comenzó la pandemia.
“Estamos muy contentos, estábamos deseando ya que abrieran la frontera”, decía una mujer mientras la Policía comprobaba su documentación; un testimonio que se repetía en muchas de las personas que le seguían en la cola para pasar a pie a Marruecos.
Alguno, mientras esperaba su turno, reconocía que aún no se creía que fuera verdad que en breve fuera a pasar de nuevo la frontera, y una mujer daba las gracias por poder volver a Marruecos, donde tiene a prácticamente toda la familia: “La verdad es que estamos todos muy felices de poder volver a vernos”, decía a los micrófonos.
Se empezaba a mover así una cola de espera para pasar la frontera que, en el caso de los vehículos, había comenzado a primera hora de la tarde, con los primeros melillenses guardando su turno para cruzar hacia Marruecos y renovar el papel verde, documento necesario para circular por el país vecino y que a todo el mundo se le ha caducado durante los casi 800 días de cierre.
Mientras el tránsito para pasar de Melilla a Marruecos ha sido inmediato y cada vez mayor desde que ha reabierto la frontera pasada la medianoche, en el sentido inverso han tenido que pasar unos minutos para empezar a ver a las primeras personas que querían cruzar hacia la ciudad autónoma.
Lo han hecho a bordo de vehículos, a los que la Guardia Civil ha realizado los habituales controles de seguridad que hacía antes del cierre con la máquina detectora de latidos en su lucha contra la inmigración irregular, tras lo cual han accedido a Melilla entre los aplausos y vítores de quienes se agolpaban en la rotonda para ser testigos de cómo se reabría la frontera.
La delegada del Gobierno ha recordado que, para esta reapertura fronteriza en Melilla, el Ministerio del Interior ha reforzado el despliegue de seguridad habitual con 53 agentes de la Policía Nacional desplazados desde la península, concretamente 45 de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y 8 de la Brigada Especial de Fronteras, además de 30 guardias civiles.
Estos efectivos se unen a los habituales destinados en Melilla, por lo que en total son unos 120 agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que están trabajando en la frontera, además de los dos drones que la Guardia Civil está estrenando para la vigilancia del perímetro y que esta noche ha estado sobrevolando el puesto de Beni-Enzar.
Moh, al igual que De Castro, han coincidido en calificar esta noche como “histórica” y destacar la gran expectación que había entre gran parte de la población melillense, deseosa de que reabriera la frontera “y retomar un poco ese tipo de relaciones familiares y sociales que el tiempo, el covid y el cierre de la frontera ha impedido”, ha dicho el presidente de la Ciudad Autónoma.
Ambos también han recalcado que se trata de una apertura gradual y ordenada, por lo que esta medianoche es una primera fase de su reapertura que se prevé muy limitada en cuanto al tránsito debido a que solo podrán acceder a territorio español los ciudadanos y residentes en la Unión Europea y aquellas personas autorizadas a circular en el espacio Schengen, que tendrán que cumplir una serie de requisitos documentales y sanitarios.
Para cruzar hacia Marruecos, las autoridades de dicho país exigen mostrar el pasaporte para hacer un sellado a la hora de cruzar la frontera, incluidos los ciudadanos a los que, antes del cierre, les bastaba con mostrar su DNI con residencia en Melilla para pasar a las zonas limítrofes, en virtud del acuerdo de buena vecindad.
Ello ha provocado que pocas horas después de conocerse esta exigencia de Marruecos, la Jefatura Superior de Policía de Melilla se haya quedado sin citas disponibles para obtener el pasaporte debido a la gran demanda, una reacción similar a la que se ha producido en los puntos de vacunación, debido a la necesidad de contar con, al menos, dos dosis o PCR negativa para acceder a Marruecos.
El presidente de CPM, Mustafa Aberchán, ha dado las gracias al Gobierno “por haber apostado por estar cerca del pueblo de Melilla” y llegar los acuerdos necesarios para llegar a “la normalización del paso fronterizo”, ya que “cualquier ciudad fronteriza, lo más que puede desear es unas relaciones de vecindad con el otro lado de la frontera”.
“Nosotros no podemos convertir la ciudad de Melilla en el patio de una cárcel, sino todo lo contrario. Es un puente de puerta de Europa, puente de entendimiento, de cooperación, de seguridad, de desarrollo”, ha recalcado Aberchán para afear al PP y a Vox que “promulguen algunas tesis perniciosas para nuestro pueblo”.