Panamá – La Iglesia católica inauguró este martes de manera oficial la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Panamá con una misa oficiada por el arzobispo panameño, José Domingo Ulloa, en la que expresó que espera que el evento sea un «bálsamo para la difícil situación» de la juventud centroamericana.
Esta misa de bienvenida a los peregrinos ha tenido lugar en la víspera de la llegada del papa Francisco a la capital panameña, que desde hace días acoge a miles de jóvenes venidos de todo el mundo para participar en el evento religioso, que se extenderá hasta el próximo domingo.
Ulloa, acompañado de varios obispos centroamericanos y con el presidente panameño, Juan Carlos Varela, entre la audiencia, dio desde una gran tarima edificada en el paseo marítimo de la Ciudad de Panamá las gracias a Francisco «por confiar y darnos la oportunidad de hacer una Jornada para la juventud de las periferias existenciales y geográficas».
«Anhelamos que (la JMJ) sea un bálsamo para la difícil situación con la que conviven sin esperanzas muchos de ellos, especialmente la juventud indígena y afrodescendiente, la juventud que migra por la casi nula respuesta de sus países de origen, que los lanzan a cifrar sus esperanzas en otros países, exponiéndolos al narcotráfico, la trata humana, la delincuencia y tantos otros males sociales», dijo Ulloa durante la homilía.
En Centroamérica viven más de 45 millones de personas, la gran mayoría en la pobreza, y el Triángulo Norte que conforman Honduras, El Salvador y Guatemala, está especialmente azotado por las «maras» o pandillas, el narcotráfico y el crimen organizados, lo que la convierte en una de las zonas más violentas del mundo pese a no registrar una guerra convencional.
La llegada el miércoles del pontífice a Panamá está precedida por la salida de nuevas caravanas con miles de migrantes del conflictivo Triángulo Norte con la intención de llegar a Estados Unidos, que huyen por la falta de empleo, la pobreza y la extrema violencia según los testimonios que ha recogido Efe.
En la homilía, Ulloa habló de la «situación de exclusión y discriminación» que sufre la juventud indígena y negra centroamericana y que la ubica «en la marginalidad y la pobreza».
La JMJ «en esta región no podía ser sin visibilizar su situación», dijo, al explicar que «por primera vez en este evento se dio un espacio específico a la juventud indígena y afrodescendiente, mediante encuentros previos», en los que abordaron sus realidades y generaron «respuestas» a ellas.
Los protagonistas de este encuentro «son ustedes, queridos peregrinos», manifestó Ulloa, lo que hizo estallar en gritos a su audiencia, calculada en unas 30.000 personas por fuentes de Protección Civil y de los Bomberos consultadas por Efe.
«En la Iglesia (…) confiamos en ustedes, esperamos mucho de ustedes, porque estamos plenamente convencidos, que los verdaderos protagonistas para los cambios y las transformaciones que requiere la humanidad y la Iglesia están en sus manos, en sus capacidades, en su visión de un mundo mejor», declaró el arzobispo de Panamá.
Esta misa de bienvenida comenzó cerca de las 17.30 hora local (22.30 GMT), antes de lo previsto, y a ella comenzaron a llegar los peregrinos con innumerables banderas de sus países unas tres horas antes en medio de un ambiente de algarabía.
«Estupendo escuchar los cantos de ahorita, que están motivando, en espera de la Santa Misa que es una cosa fundamental: comenzar este encuentro con la eucaristía y terminarlo con la eucaristía del papa», comentó a Efe minutos antes de iniciar la homilía Huber Cáceres, un seminarista peruano que participa por primera vez en una JMJ.
La organización local de la Jornada espera la llegada de al menos 100.000 peregrinos de todo el mundo que han completado su registro en el evento, que incluye un amplio dispositivo de seguridad que involucra al menos 30.000 agentes.
El papa, quien cerrará la JMJ el próximo domingo, oficiará misas, visitará centros de reclusión y hogares de acogida, entre otras actividades oficiales, en las que hará un llamamiento para que se dé oportunidades a todos los jóvenes de Centroamérica.