Atenas – El coronavirus continúa avanzando por Grecia y, aunque de momento las cifras nacionales no son alarmantes, ha alcanzado a la población con más riesgos de generar una crisis sanitaria y humanitaria. Este martes se confirmó el contagio de una mujer refugiada, acogida en uno de los campos mejor organizados del país. Poco después había ya más de 20 casos entre refugiados.
El campo de Ritsona, a unos 75 kilómetros de Atenas, da acogida a alrededor de 2.700 personas en contenedores, que en algunos casos cuentan con cocina, baño y ducha propia, equipamientos básicos para muchos pero que escasean en los campos para refugiados. Aún así, no se ha podido evitar que el virus se abra paso allí.
Según los últimos datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en Grecia hay 118.000 refugiados y solicitantes de asilo, de los cuales 76.000 están en el continente y 42.000 en las islas del Egeo. Especialmente estos últimos viven en condiciones de hacinamiento e insalubridad que dificultan y en muchos casos imposibilitan el seguimiento de las medidas de prevención y contención del COVID-19.
Aunque el Gobierno griego ha anunciado una serie de medidas para mitigar la propagación del coronavirus en los campos de refugiados, Vasilis Stravaridis, director de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Grecia, ha asegurado a Efe que los cambios son prácticamente irrelevantes.
En campos como el de Moria, en la isla de Lesbos, el hacinamiento es un grave problema. Aunque Stravaridis reconoce que los refugiados reciben información sobre la epidemia, «la gente sigue hacinada, el acceso al agua sigue siendo muy limitado (un grifo para cada 1.300 personas y un baño para cada 200 en Moria, Lesbos)».
«Lo primero que las autoridades deberían haber hecho sería evacuar a las personas vulnerables, además de crear sitios de cuarentena, donde atender a todo aquel que presenta el menor síntoma», asegura Stravaridis.
Si hubiera un brote de COVID-19 entre las 20.000 personas que malviven en Moria, tanto dentro de los límites oficiales del campo como en las miles de tiendas de campaña que inundan los olivares que lo rodean, los hospitales locales se saturarían muy fácilmente. En Lesbos apenas hay 6 camas de UCI.
Preguntado por Efe sobre si cuentan con un plan de contingencia en caso de que se declare la epidemia en los campos de las islas, Spyros Sapunás, responsable de intervenciones de emergencia de la Organización Nacional de Salud Pública (EODY), asegura que «lo hay, pero es confidencial».
De momento la estrategia del Gobierno griego ha sido aislar a los migrantes, solicitantes de asilo y refugiados en los campos para evitar su contacto con la población local. Para ello anunció la instalación de cajeros automáticos y tiendas con productos básicos en los campos, así como casetas de reconocimiento médico.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), presente en los 30 campos abiertos para refugiados que hay en el continente griego, reafirma la necesidad de trasladar al continente «lo antes posible» a los migrantes y refugiados de las islas del Egeo y asegura estar lista para asistir en la construcción de alojamientos adecuados.
Aunque todavía no hay registro de contagios en los campos de las islas, el responsable de prensa del ministerio de Migración ha asegurado a Efe que no se considera la evacuación de las personas vulnerables al continente «para reducir la propagación del coronavirus».
De momento tan sólo se ha puesto en cuarentena el campo de Ritsona y a los que desembarcan en las islas del Egeo que, además, siguen sin poder solicitar asilo ya que, aunque estas debían volver a aceptarse este mes después de su suspensión por la presión migratoria en las fronteras durante todo marzo, el Servicio de Asilo no está operativo debido al coronavirus.
Este jueves la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, alertó de que los casos de coronavirus confirmados en Ritsona son «una fuerte señal de alerta» y aseguró que se ha acordado un plan de acción con las autoridades griegas para trasladar urgentemente a los solicitantes de asilo vulnerables a hoteles desocupados.
Fuentes del ministerio de Migración heleno afirmaron que trasladaron la intención de la Comisión Europea a las autoridades de las islas el día 29 pero, de momento, la mayoría de ayuntamientos rechazan este plan o han dado respuestas ambiguas en las que no proponen alternativas.
Sobre la falta de propuestas de las autoridades locales para evacuar a los solicitantes de asilo vulnerables, el gobernador del Egeo del Norte, Kostas Muntsuris, ha explicado a Efe que tres alcaldes han propuesto contratar un ferri para instalar a los que tengan que estar en cuarentena.
«No habrá otra propuesta por parte de los ayuntamientos, porque todo lo que se haga acabará siendo permanente», afirma Muntsuris.
Este es el repetido temor de los isleños que, desde la crisis de refugiados de 2015 y la firma de la declaración conjunta sobre migración entre la Unión Europea y Turquía han visto cómo miles y miles de personas llegaban a sus costas y, las que sobrevivían, acababan atrapadas en centros que fueron pensados como un primer punto de identificación. EFE