Washington – Carteles de campaña entre telarañas, esqueletos con camisetas de los candidatos a la presidencia y una versión del ‘Mago de Oz’ protagonizada por la vicepresidenta, Kamala Harris. La campaña electoral de EE.UU. ha aterrizado de lleno en Halloween, que este año vive una versión un poco más modesta ante la subida de precios provocada por la inflación.
Pese a que la implicación es la misma que otros años y siete de cada diez ciudadanos se sumarán a la fiesta, este 2024 se prevé que los estadounidenses gasten un 5 % menos que el año pasado, cuando se superaron los 12.200 millones de dólares, según la Federación Nacional de Minoristas de EE.UU. (NRF).
Si se cumplen las previsiones y se alcanzan los 11.600 millones que prevé la NRF (104 dólares por persona), este año se consolidaría como el segundo en el que más se ha invertido, por detrás de 2023. El dato, aunque es alto, alteraría la tendencia al alza que llevaba el presupuesto total desde antes de la pandemia.
Una encuesta de la Asociación de Halloween y Disfraces señala que los planes del 53 % de los estadounidenses se han visto afectados por la inflación, que ya es, según un estudio de Gallup, la primera de sus preocupaciones.
La inflación, no obstante, cayó al 2,4 % en septiembre, su mínimo desde que comenzó la subida de precios en febrero de 2021, pero la incertidumbre en la que vive el país el final de la campaña electoral hace aumentar esta inquietud.
Como recoge el Wall Street Journal tras un sondeo a economistas, la subida de precios será mayor con el expresidente Donald Trump (2017-2021), el candidato republicano, que con Harris en el Despacho Oval.
Campaña entre calabazas y arañas
El hecho de que los días previos a las elecciones del 5 de noviembre coincidan con Halloween inspira a muchos vecinos en la decoración de sus hogares. En el barrio de Capitol Hill de Washington, los carteles a favor de la candidatura demócrata comparten espacio en los jardines con telarañas, calabazas, esqueletos y fantasmas.
En una casa se han basado en unas declaraciones de Harris durante la carrera para las primarias demócratas de 2020, cuando comparó a Trump con el enano del ‘Mago de Oz’ por su política comercial, para hacer una versión más actual del musical.
La imagen de la candidata, que toma el relevo de Judy Garland para interpretar a Dorothy, está acompañada por su marido, Douglas Emhoff, convertido en el hombre de hojalata; el presidente, Joe Biden, en el espantapájaros; su compañero de fórmula en el león y Trump como uno de los enanos.
Dos esqueletos gigantes reciben a los vecinos en otra casa al norte de la capital vestidos con camisetas de cada una de las candidaturas.
Entre ellos, el esqueleto de un perro con el nombre de Robert F. Kennedy Jr. representa los bandazos que ha dado el abogado en esta campaña: se postuló como candidato por los demócratas, luego como independiente y acabó por retirarse para apoyar a Trump, aunque su nombre aparecerá en las papeletas.
El cine reina en los disfraces
Mientras que algunos vecinos se han inspirado en la carrera electoral para decorar sus casas, en el terreno de los disfraces los personajes de cine han sido los verdaderos protagonistas.
Según una lista elaborada por Google, el personaje ‘Shrunken Head Bob’, de la película ‘Beetlejuice’, será uno de los más populares este año.
Otros personajes de películas como el que interpreta Monica Bellucci en la misma cinta; Envidia en ‘Del Revés 2’, Lady Deadpool, o el Dr. Doom (‘The Fantastic Four’) también se encuentran en los primeros puestos del ránking.
Sin embargo, ni el disfraz de Trump, que en 2016 fue uno de los más buscados, ni el de Harris logran un puesto en ninguna lista.
Tradicionalmente, la cadena de disfraces Spirit Halloween publicaba un informe sobre su particular resultado electoral basándose en el número de máscaras que habían vendido de cada candidato.
Aunque lograron adivinar victorias como la de Trump en 2016 y las dos de Barack Obama, este año no han publicado los resultados. Tal vez porque el cambio de candidatura demócrata en mitad de la campaña retrasó la producción, o tal vez porque el resultado es igual de ajustado que el que reflejan las encuestas.