Roma.- La petición de abrir un procedimiento disciplinar a un programa de televisión en el que se mostraron los zapatos de un niño muerto ha abierto un nueva polémica en Italia en torno al trágico naufragio frente a las costas de Calabria, que se une a la de si las autoridades hicieron todo lo posible para salvar a los migrantes antes de que el barco se hundiera a 150 metros de la costa.
El Consejo Nacional de la Orden de Periodistas italianos (CNOG) ha criticado con dureza un programa de la cadena privada La7 por utilizar los zapatos de uno de los 15 menores fallecidos en el naufragio del pasado domingo frente a las costas de Crotone ( Calabria, sur de Italia).
Hasta el momento se han recuperado los cuerpos de 69 víctimas mortales, en su mayoría de agfanos, iraníes, pakistaníes y sirios, mientras se busca a entre 27 y 47 desaparecidos y se teme que la cifra final de muertos supere el centenar, ya que 80 personas fueron rescatadas con vida.
«Se han recibido varias denuncias relativas al programa ‘Piazza pulita’ emitido por La7 durante el cual se mostraron, con fines de espectáculo, los zapatos supuestamente pertenecientes a uno de los niños implicados en el trágico naufragio en la costa de Crotone», indicó el CNOG.
«El derecho a informar es sagrado, pero también lo es el respeto a la ética profesional, que impone el correcto comportamiento de los reporteros en los lugares de los hechos e, incluso en televisión, la continencia y el respeto en el lenguaje, incluido el no verbal», añadió en un comunicado divulgado este viernes.
Por eso, el CNOG remitirá un informe a los consejos disciplinarios competentes para la apertura de diligencias sobre el caso, según se reveló en la nota.
Esta decisión ha abierto una agria controversia, principalmente entre los propios periodistas, ya que algunos defienden que el gesto de mostrar un objeto simbólico como los zapatos de un niño solo pretendía remover las conciencias de los espectadores, mostrando la humanidad de las víctimas, mientras otros lo critican por «robar» ese objeto a sus familiares.
«Estamos ante el naufragio del derecho a informar, en el país donde la primera ministra (la ultraderechista Giorgia) Meloni publica vídeos de violaciones», tuiteó Selvaggia Luccarelli, periodista del Fatto Quotidiano critica con la decisión del CNOG, en referencia a un polémico video subido hace unos meses por la jefa del Gobierno.
Por su parte, Angela Caponeto, enviada de la televisión pública RAI a Crotone, lamentó «la exhibición sobre la mesa de un estudio de televisión de un objeto sacado del escenario de una catástrofe».
«Los familiares de los desaparecidos fueron llevados a la playa el jueves por la mañana y les filmamos buscando entre los restos. Un zapato, así como cualquier otro objeto sacado de allí, podría haber sido crucial para esos familiares», escribió Caponeto, que aseguró que trabaja «con un nudo en la garganta todos los días» en Crotone.
El naufragio, investigado por la Fiscalía, se produjo en la madrugada del pasado domingo cuando la barcaza de madera en la que habían zarpado desde Turquía unos 180 migrantes, según los supervivientes, se hundió frente a las costas calabresas, en un mar muy embravecido.
Uno de los aspectos de la investigación se centra en las operaciones de los cuerpos de seguridad en las horas previas al naufragio y después de que la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, Frontex, les notificase la presencia del navío la noche del sábado.
Las diferentes versiones de Frontex y los cuerpos de seguridad italianos han sembrado dudas sobre si la tragedia se podría haber evitado y la nueva líder del opositor Partido Demócrata, Elly Schlein, ha pedido la dimisión del ministro de Interior, Matteo Piantedosi, muy próximo al ultradrechista Matteo Salvini, vicepresidente del Gobierno.
Uno de los puntos más criticados es la decisión de no considerar el evento como una operación de socorro desde el primer momento, por lo que inicialmente solo se activó un pequeño dispositivo con intención de contactar al navío y pasaron varias horas sin que la barca fuera atendida, según el relato difundido por las fuerzas del orden italianas. EFE