Indira Rivera Blandón (c), madre del joven Haniel José Aguilera Rivera, su hija Sarah (d) y Fatima Espinoza (i) muestran carteles pidiendo la liberación del joven este miércoles, en las afueras de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) de Phoenix, en Arizona (EE.UU.). EFE/María León

Phoenix (EE.UU.) – Miembros de la comunidad nicaragüense en Arizona y la madre del joven Haniel José Aguilera Rivera, que tiene miedo de ser asesinado si le deportan a Nicaragua, intentan frenar este miércoles la deportación del inmigrante que ya ha solicitado asilo político y se encuentra detenido.

«Mi hijo no es un criminal, es un estudiante que sueña con ser agrónomo, si lo envían de regreso a Nicaragua lo van a matar, me lo van a matar», aseguró este miércoles a Efe Indira Rivera Blandón, madre de Aguilera Rivera, que lleva nueve meses detenido en un centro para inmigrantes de Arizona.

La madre del joven, embarazada de alto riesgo, viajó desde California para pedir la pronta liberación de su hijo en las afueras de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) en Phoenix, Arizona.

«Mi hijo tiene mucho miedo de que lo deporten de regreso a Nicaragua, teme por su vida, por su futuro, él solo quiere estar con nosotros, con su familia», asegura la mujer.

La familia también teme que el joven sea asesinado si pone un pie de regreso, ya que hasta la fecha le han quitado la vida en su país a tres familiares cercanos.

Aguilera Rivera, quien ha solicitado asilo político, llegó a la frontera de Arizona el pasado 21 de diciembre, junto con su madre, su padre y su hermana de seis años de edad.

Esta familia huyó de amenazas y de una intensa persecución debido a que Aguilera Rivera y su padre, Marvin Aguilera, son abiertos opositores del actual Gobierno de Daniel Ortega.

La familia fue liberada el pasado 23 de diciembre después de que ICE procesó su solicitud de asilo, con excepción de Aguilera Rivera, debido a que ya tiene 18 años y su caso debía de ser tratado aparte.

Desde entonces, el joven inmigrante ha permanecido en el Centro de Detenciones de Las Palmas, en las ciudad de Eloy, en Arizona.

Su primera solicitud de asilo fue rechazada y estuvo a punto de ser repatriado a Nicaragua hace unas semanas después de que, en un ataque de desesperación, firmó un documento que cedía sus derechos para apelar su caso.

«Fue como una película. A Haniel ya lo habían subido al camión para llevarlo a su deportación y en un último intento de los abogados se logró que fuera detenida por la Corte de Apelaciones», relató a Efe la pastora Ada Valiente.

En la opinión de esta religiosa que forma parte del grupo Matthew 25, de ayuda a familias inmigrantes, el primer caso de asilo político del joven fue denegado porque no tuvo la correcta representación legal.

«Este caso demuestra la falta de humanidad dentro ICE, dentro del sistema; estamos ante un caso de vida o muerte», afirmó la religiosa.

También aseguró que todavía tienen 90 días, hasta noviembre, para presentar nuevas evidencias que avalen la solicitud de asilo.

Mientras tanto, la familia está preocupada por la salud mental de Aguilera Rivera, pues una psicóloga que pudo entrevistarlo por teléfono le diagnosticó una fuerte depresión.

Su estado se agudizó tras el suicidio del compañero de celda del joven nicaragüense.

Esta tarde, Rivera Blandón tendrá la oportunidad de ver por primera vez a su hijo desde que fueron separados en la frontera, hace nueve meses.

«Quiero decirle que lo amamos, que estamos luchando por él, que tenga fe», expresó entre lágrimas.