Los Ángeles – Los electores estadounidenses están mayoritariamente en favor de mantener las restricciones en la frontera y las limitaciones estrictas a la admisión de trabajadores huéspedes extranjeros durante la actual crisis sanitaria y económica, según una encuesta de la Federación por la Reforma Estadounidense de Inmigración (FAIR).
Este grupo conservador que promueve el endurecimiento de las leyes migratorias aseveró en un comunicado que una encuesta de salida encargada a la firma Zogby Analytics reveló además que la mayoría de los votantes creen que los niveles totales de inmigración a largo plazo deben ser reducidos para evitar un crecimiento demográfico excesivo en Estados Unidos.
De acuerdo con el texto, la encuesta indicó que el 76 % de los republicanos, así como una mayoría tanto de demócratas como de independientes, apoyan las reducciones a largo plazo a la inmigración, “que constituye un factor clave en el crecimiento poblacional y limita las oportunidades económicas para los estadounidenses”.
“Este sentimiento encontró un fuerte eco entre los votantes tanto blancos como hispanos, así como entre los estadounidenses en edad laboral de entre 18 y 69 años”, agregó.
Según el presidente de FAIR, Dan Stein, “los resultados de la elección (del 3 de noviembre) claramente no indican que el presidente electo Joe Biden tenga un mandato para instituir las políticas migratorias radicales que promueve el ala izquierdista radical de su partido (Demócrata), que incluyen borrar las fronteras e inundar al país con millones de nuevos inmigrantes legales e ilegales”.
“Biden tiene un mandato de los electores para controlar la covid-19, poner de nuevo a trabajar a millones de estadounidenses despedidos y restaurar la civilidad en Washington y el ámbito público. Si bien la inmigración sin control puede ser una prioridad para una periferia ruidosa y radical de su partido, eso no es en lo que la vasta mayoría de los votantes creen que la nueva Administración debería gastar su tiempo y capital político”, sostuvo.
Añadió que “con decenas de millones de estadounidenses aún sin trabajo debido al cierre (económico) de la covid-19 y con la nación preparándose para una nueva ola de la pandemia, ciertamente ahora no es el momento para aumentar la inmigración o relajar la seguridad fronteriza”.
Biden ha prometido que en sus primeros días en la Casa Blanca frenará una serie de decisiones del actual presidente en materia migratoria, como la separación de las familias, las políticas de asilo de Trump, terminar con la detención prolongada, revertir la «carga pública» que permite denegar visados o permisos de residencia a migrantes ante la posibilidad de que requieran recurrir a programas oficiales de ayuda y medidas para proteger a los «soñadores» y sus familias.