Tegucigalpa – El jefe de la misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para El Salvador y Honduras, Nicola Graviano, pidió en una entrevista con EFE humanizar la migración y apeló a la responsabilidad compartida para proteger a los migrantes en los países de origen, tránsito y destino.
Graviano afirmó que «no hay soluciones fáciles, pero humanas sí» para abordar las causas de la migración irregular, como la falta de empleo y la violencia.
Para ello, es necesario «reconocer que estas personas que transitan por Honduras, que regresan o que se desplazan son detentores de derechos, que hay que respetar estos derechos», señaló.
El representante de la OIM indicó que la migración es una «aspiración humana que no nace ahora, nace con el hombre, con la historia de la humanidad», por lo que resaltó la importancia de buscar «soluciones prácticas» para alcanzar «esa conexión entre la necesidad de migración por diferentes lados».
Proteger y atender necesidades de migrantes
Graviano destacó que Honduras ha dado “pasos muy importantes para humanizar la migración y que sea gobernada en base a los derechos humanos», aunque alertó de que todavía hay desafíos.
Agregó que Honduras en particular es un país de origen, de tránsito, de retorno, pero además afectado por el desplazamiento interno y con volúmenes bastante altos de inmigrantes que cruzan por su territorio, sobre todo este año.
«Hay muchas personas que regresan al país que necesitan apoyo y protección, hay personas que transitan por el país y merecen la protección y la atención necesarias, y hay personas que se desplazan por diferentes temas, los desastres, la violencia», subrayó.
Según cifras del Instituto Nacional de Migración (INM), entre enero y noviembre del presente año habían transitado por Honduras 500.761 personas, en su mayoría venezolanos, buscando oportunidades de emigrar con destino a Estados Unidos.
Graviano indicó que la movilidad masiva de migrantes por Honduras «probablemente se va a quedar en los meses o años que vienen», por lo que los países de origen, tránsito y destino deben trabajar de «manera conjunta» para resolver el asunto en cooperación, diálogo y colaboración.
Desafíos y oportunidades
La migración «pone desafíos, pero también oportunidades», por lo que Graviano pidió a los países plantearse cómo responder ante los retos y aprovechar las oportunidades.
«Hay desafíos cuando muchas personas transitan por el país, pero hay oportunidades también, por ejemplo, con la diáspora hondureña o con la posibilidad de emigrar legalmente a otros países», señaló.
En su opinión, la migración irregular no es únicamente un desafío para Honduras, sino un problema que afecta a todos los países de la región, por lo que es necesario «juntar esfuerzos», incluso las naciones de destino, para responder al asunto de «manera eficaz».
Graviano participó el pasado jueves en la presentación de la estrategia de acción de la OIM para Honduras en el período 2024-2026, cuyo objetivo es responder de manera integral a los desafíos de la migración y el desplazamiento.
La estrategia de la OIM se enfocará en tres prioridades: resiliencia, gobernanza y movilidad.
El responsable de la OIM para El Salvador y Honduras señaló que la estrategia busca fortalecer las capacidades de los migrantes y las comunidades, aprovechar también el potencial de la diáspora, manejar mejor la migración y trabajar con todos los actores.