Ciudad de Panamá – La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) pidió este viernes «redoblar» la cooperación para atender el creciente flujo migratorio en Panamá, que en 9 meses de este año recibió a 91.300 personas que atravesaron la peligrosa selva del Darién, cifra que triplica el récord de 2016.
«Hay una necesidad urgente de redoblar la coordinación entre los Gobiernos y la cooperación internacional para poder responder a las necesidades humanitarias de la población en tránsito», dijo el jefe de Misión de la OIM en Panamá, Santiago Paz.
El funcionario recordó que «el Pacto Mundial para una Migración Ordenada, Segura y Regular recomienda la cooperación entre los Estados para poder responder de forma inmediata y coherente a las necesidades de los migrantes en condición de vulnerabilidad, y esta necesidad se hace especialmente evidente en el Tapón del Darién».
Darién, la densa selva que sirve de frontera natural entre Colombia y Panamá, es una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo, tanto por las características de una jungla como por la presencia de grupos del crimen organizado que ya la han utilizado para tráfico de drogas y armas.
Desde hace años la atraviesan migrantes venidos de todo el mundo que viajan hacia Norteamérica, con picos de tránsito entre 2015 y 2016, entonces de viajeros cubanos, y ahora con la movilización de decenas de miles de haitianos.
Paz señaló que poder dar respuesta «a las necesidades de los migrantes que transitan de manera irregular a través de Panamá plantea desafíos muy significativos, sobre todo en relación a la existencia de fondos para hacerlo».
El Gobierno panameño, recalcó el funcionario internacional, creó «una infraestructura física e institucional para albergar temporalmente a la población en tránsito y atender las necesidades humanitarias de esta población migrante en aumento».
En el caso de Darién, se trata de dos estaciones de recepción migratorias (ERM), «en donde los migrantes acceden a alojamiento y alimento y en donde se monitorean potenciales casos de covid-19». Estas se levantaron con apoyo técnico de la OIM y de otras organizaciones internacionales.
LAS CIFRAS DE LA POBLACIÓN EN MOVILIDAD
Entre enero y septiembre de 2021, un total de 91.300 personas atravesaron el Darién en su viaje hacia Norteamérica, lo que «triplica el récord registrado en 2016», dijo la OIM en base a los datos del Servicio Nacional de Migración (SNM) de Panamá.
La mayoría eran haitianos (56.600), muchos de ellos acompañados por menores, seguidos de cubanos (12.800), venezolanos (1.500), además de nacionales de países de Asia y África, entre ellos Bangladesh, Senegal, Ghana, Uzbekistán, India y Nepal, dijo el organismo internacional en un comunicado.
Las cifras revelan un aumento en la cantidad de migrantes venezolanos que atraviesan el Darién, con 1.529 entre enero y septiembre de este año frente a 66 en 2017, y también de menores, ya que hace cuatro años representaban un 2 % y en los primeros 9 meses de este 2021 llegaron al 20 %.
Hacia Norteamérica (Estados Unidos, Canadá o México), están viajando familias enteras de haitianos, con hijos nacidos en Chile o Brasil, países en lo que se habían radicado años atrás, e incluso con bebés nacidos durante la travesía.
Los migrantes con frecuencia pasan por los países de Suramérica y «hacen el cruce en condiciones de alta vulnerabilidad y quedan expuestos a riesgos a lo largo de la ruta migratoria, en particular en el Tapón del Darién», dijo Paz.
Estos movimientos migratorios se desaceleran durante la temporada de lluvias, entre mayo y julio, pero las cifras de este año muestran un incremento a pesar del clima, lo cual plantea riesgos adicionales para los viajeros debido al aumento en el caudal de los ríos, indicó la OIM.
El director del instituto forense panameño, José Vicente Pachar, dijo el miércoles a Efe que en lo que va de año se han registrado «alrededor de 50 muertes de migrantes» en el Darién.
Solo a finales de septiembre pasado una docena de migrantes haitianos perdió la vida luego de que fueron arrastrados por un río crecido en la provincia de Darién, de acuerdo con las investigaciones de las autoridades panameñas.