Roma – El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de la ONU instó hoy, en el Día Internacional de las Mujeres Rurales, a aumentar las inversiones para fomentar la igualdad con el fin de reducir los efectos del cambio climático en las mujeres de las zonas rurales, que son más vulnerables que los hombres y tienen más probabilidades de morir a causa de los desastres naturales.
«Mientras la desigualdad de género continúe, el cambio climático hará estragos en las comunidades rurales, que solo lograrán ser más resilientes a las condiciones meteorológicas imprevisibles si se empodera a las mujeres para que puedan tomar decisiones y acceder a los recursos que necesitan para adaptarse al cambio climático”, señaló Gilbert F. Houngbo, presidente del FIDA.
Según el organismo, una serie de estudios realizados en la última década demuestran que las mujeres de las zonas rurales son más vulnerables que los hombres a los efectos del cambio climático y tienen más probabilidades de morir a causa de los desastres naturales, lo que acentúa las desigualdades entre los géneros y crea un círculo vicioso.
La agricultura, que es el sector en el que trabajan la mayoría de las mujeres de las zonas rurales, es el más perjudicado por los efectos del cambio climático y las mujeres dependen de manera desproporcionada de recursos naturales escasos, lo que hace que sean particularmente vulnerables a los cambios en las condiciones climáticas y los desastres naturales, explica el FIDA en un comunicado,
Según un estudio realizado por las Naciones Unidas en 2016, el 80 % de las personas desplazadas por el cambio climático eran mujeres, mientras que otras investigaciones han puesto de relieve que los fenómenos catastróficos ocasionan más muertes de mujeres que de hombres, añade.
Si bien las mujeres representan casi la mitad de la fuerza de trabajo agrícola a nivel mundial, no gozan de un acceso equitativo a los bienes, recursos y servicios que se necesitan para obtener un ingreso digno o adaptarse al cambio climático y, en muchas ocasiones, tienen un poder de decisión muy limitado y no participan en la toma de las decisiones sobre las respuestas al cambio climático.
Las mujeres son el pilar fundamental de las comunidades rurales y suelen afrontar las dificultades de manera innovadora e ingeniosa para garantizar el bienestar de sus familias, y pueden desempeñar una función importante en la gestión de los riesgos climáticos”, afirmó Houngbo.
El FIDA invierte en la población rural, combatiendo la pobreza y aumentando la seguridad alimentaria. Desde 1978, ha proporcionado 23.200 millones de dólares en subvenciones y préstamos a bajo interés a proyectos que han llegado a más de 500 millones de personas.