En la imagen un registro del presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, quien informó que la nación enfrenta "uno de los momentos más críticos de la crisis migratoria del país", con más de 4.000 migrantes que están entre Darién y Chiriquí, en límites con Costa Rica. EFE/Archivo

Panamá – Las autoridades panameñas detuvieron a dos personas involucradas supuestamente en el tráfico ilegal de migrantes cerca de la provincia oriental del Darién (en la selva que hace de frontera natural con Colombia), indicó este viernes el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront).

La institución informó de que la detención se efectuó en el área de Tres Bocas, en Darién, mediante patrullajes preventivos, en la que interceptaron a un grupo no precisado de migrantes, quienes eran guiados por dos panameños -uno de ellos de alto perfil, por estar presuntamente involucrado en actividades ilícitas en diferentes modalidades-.

Según los extranjeros, los sujetos les cobraron por su traslado por la zona, de acuerdo al reporte escueto del Senafront.

Los supuestos traficantes panameños -no identificados- fueron entregados a las autoridades competentes para su debido proceso, por lo que en la audiencia de Control de Garantías se les legalizó la aprehensión y se decretó a uno el reporte periódico los días 15 y 30 de cada mes y al otro la detención provisional por 6 meses, mientras duren las pesquisas del caso.

El Senafront señaló que la captura se efectuó en el marco de la Operación Escudo, Ofensiva Nacional contra el Crimen Trasnacional Organizado, en colaboración con Colombia, y las unidades de su Fuerza de Reacción Inmediata Contra el Narcoterrorismo (Fricont).

Debido a su pujanza económica y a su estabilidad sociopolítica, Panamá ha sido en los últimos años uno de los destinos más elegidos por muchos migrantes de la región, principalmente venezolanos, colombianos y centroamericanos.

También es un país de paso para miles de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos y llegan a Centroamérica tras recorrer miles de kilómetros movilizados por mafias internacionales de tráfico de personas, en un negocio que genera cientos de millones de dólares cada año.

La llegada masiva de cubanos entre finales de 2015 e inicios de 2016 generó una crisis humanitaria en Panamá y Costa Rica, que se consideró como una consecuencia del deshielo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y el fin de los beneficios migratorios para los isleños en el país norteamericano.

El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, informó en mayo pasado de que la nación enfrenta «uno de los momentos más críticos de la crisis migratoria del país», con más de 4.000 migrantes que están entre Darién y la provincia occidental de Chiriquí, limítrofe con Costa Rica.

La mayoría son de origen haitiano y extracontinentales que van camino hacia Norteamérica.