Lisboa – La inmigración se ha convertido en el arma arrojadiza con la que los partidos políticos en Portugal -tanto de derecha como los socialistas- pretenden arañar votos de cara a las elecciones legislativas del 18 de mayo.

Con cerca de 1,5 millones de inmigrantes, que suponen el 15 % de la población lusa y son casi siete veces más que hace siete años, todos los partidos abordan en sus programas la gestión migratoria con propuestas que van desde imponer limitaciones a su entrada en el país a una visión integradora y solidaria.

Y todos también admiten que Portugal necesita trabajadores extranjeros en sectores como la agricultura, la hostelería o los cuidados.

La experta en Comunicación Isabel Damásio explicó a EFE que ni el conservador Partido Social Demócrata (PSD), liderado por el primer ministro Luís Montenegro, ni el Partido Socialista (PS), con Pedro Nuno Santos a la cabeza, ven la gestión migratoria como un problema, ya que ambos consideran necesarios a los extranjeros para la economía.