Washington – Lucía tuvo que manejar sola al hospital cuando sintió las primeras contracciones. Hace más de un año que espera un papel que le dé algún tipo de estatus en Estados Unidos y, por eso, cuando la policía le paró para pedirle la documentación la venezolana tuvo que decir la verdad: «no tengo ninguna».
Esta venezolana forma parte de los 295.111 migrantes que esperan a que EE.UU apruebe su solicitud del Estatus de Protección Temporal (TPS), un beneficio migratorio otorgado a los nacionales de una docena de países que pasan por un dificultades extremas, como un conflicto armado o un desastre natural.
Las de venezolanos (181.520) y los haitianos (104. 807) suponen el grueso de las solicitudes de TPS que el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, en inglés) de Estados Unidos tiene por aprobar, de acuerdo con los datos más recientes de marzo del 2022.
La agencia debería tramitar cada caso en 180 días, pero más de media docena de migrantes haitianos y venezolanos consultados por Efe, reportaron tiempos superiores a los estimados por USCIS, que tarda actualmente unos 10,5 meses para los ciudadanos de Venezuela y nueve para los de Haití.
Las autoridades de EE.UU. achacan las demoras a la pandemia, y a problemas fiscales y de personal.
Mientras, miles de migrantes que aspiran a obtener esa protección quedan en un limbo sin permiso para trabajar legalmente e incluso, como el caso de Lucía, sin ningún tipo de documentación.
La venezolana, que reside en Florida, aplicó al TPS junto a su marido en abril del 2021, un par de meses después de cruzar la frontera con México. Su esposo recibió la aprobación a principios de agosto de ese año, pero ella, más de un año después, no ha recibido respuesta.
Sin pasaporte, porque fue retenido por los agentes de migración en la frontera, Lucía no puede hacer tareas básicas como llevar a su bebé al médico, abrir una cuenta bancaria o sacarse el carnet de conducir. «Me siento frustrada porque siento que no soy nadie aquí, no puedo hacer nada», lamenta a Efe.
Sin poder trabajar legalmente, ha sido difícil para ella y su marido pagar las facturas y atender las necesidades de su bebé.
«No me preguntes cómo hacemos para comer o para pagar el seguro (…) a veces siento que es magia o que es Dios que nos ha amparado», comenta a Efe la venezolana, que oculta su verdadero nombre por seguridad.
La tardanza en el proceso hace que el objetivo del beneficio migratorio, que es dar protección a las personas que vienen de países en situaciones complicadas, no se cumpla, aseguran expertos a Efe.
«No hay suficiente énfasis puesto en tramitar estas aplicaciones rápidamente y en asegurarse de que las personas a las que se les prometió protección la reciban de verdad», subraya Danilo Zak, director de políticas en la organización National Immigration Forum.
Desde USCIS, un portavoz explica a Efe que han visto un «incremento dramático» en las peticiones de TPS de venezolanos y haitianos desde mediados del año pasado.
EE.UU. anunció que iba a conceder ese amparo para los migrantes de Venezuela en marzo del año pasado y para Haití, en agosto.
Unos 320.000 venezolanos cumplen con los criterios para obtener ese beneficio y a julio de este año EE.UU. había aprobado 111.700 solicitudes.
Respecto a los haitianos, el Gobierno estadounidense estima que hay 115.000 en el país que pueden obtener TPS y, a marzo del 2022, había más de 100.000 aplicaciones pendientes de aprobar.
Para quienes obtienen la aprobación y el permiso de trabajo, la demora en la tramitación supone que los documentos que reciben tengan poco tiempo de validez.
«Si solo tienes unos pocos meses de beneficio antes de que tengas que aplicar de nuevo y luego tener que esperar de nuevo para que se procese, es muy frustrante», reflexiona en declaraciones a Efe Julia Gelatt, experta en ley migratoria del Migration Policy Institute.
El TPS es válido por un periodo máximo de 18 meses, después del cual el Gobierno decide si renovarlo o no, y las personas deben volver a inscribirse. El periodo de registro del TPS para venezolanos –renovado hasta marzo del 2024- acaba en noviembre, por lo que las personas que no han recibido aún la aprobación o lo hicieron hace muy poco, tienen poco tiempo para volver a alistarse.
A pesar de que ha habido en el Congreso de EE.UU. iniciativas para dar una solución permanente de residencia a los beneficiarios de TPS, estas no han cuajado. Legisladores aseguraron a Efe que, aunque se han aprobado fondos para la agencia de inmigración, queda mucho por hacer a la hora de agilizar la gestión de los casos.
El influyente senador demócrata Bob Menéndez, presidente del comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta, dice a Efe que el Ejecutivo de Biden «debe aumentar la capacidad humana para procesar las solicitudes» y califica de «inaceptable» el retraso actual.
Entretanto, Enrique, también venezolano, vive en un estado de incertidumbre desde principios del año pasado a la espera de que se resuelva su caso.
Todos los días revisa la página de USCIS para ver si hay alguna novedad y, aunque lleva en Arlington (Virginia), en las afueras de Washington DC., más de cinco años, no se ha atrevido ni a adoptar un perro.
EE.UU. es ahora su hogar, pero que no sabe hasta cuándo podrá quedarse: «Estás en un sitio, pero no sabes por cuánto tiempo puedes estar, hasta dónde puedes soñar aquí».