Washington – La tasa interanual de inflación en Estados Unidos siguió bajando en enero, por séptimo mes consecutivo, y se situó en el 6,4 %, una décima por debajo de la de diciembre, según los datos ofrecidos este martes por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, en inglés).
Sin embargo, en términos mensuales los precios de consumo subieron medio punto, en un momento en el que se analiza si las subidas de los tipos de interés de la Reserva Federal (Fed) tienen efecto en la deseada bajada de los precios.
El índice de vivienda fue uno de los que más contribuyó al aumento mensual de los precios, pues subió siete décimas con respecto a diciembre y acumula una subida interanual del 7,9 %.
El precio de los alimentos aumentó medio punto y ha subido el 10,1 % en un año, mientras que la energía creció el 2 % a nivel mensual y el 8,7 % a nivel interanual.
Más detalladamente, la gasolina subió el 2,4% tras varios meses de bajadas constantes y acumula un alza interanual del 1,5 %. La electricidad aumentó medio punto y acumula una subida del 11,9 %, mientras que el gas subió el 6,7 % en enero y un 26,7 % interanual.
La inflación subyacente, que mide la subida de los precios de consumo quitando los de los alimentos y la energía, los más volátiles, subió el 0,4 % en enero y situó su tasa interanual en el 5,6 %, la cifra más baja desde diciembre de 2021, señala la BLS.
Según recuerda el organismo, la tasa de inflación del 6,4 % es la más baja desde octubre de 2021.
Tras conocerse el dato, el presidente estadounidense, Joe Biden, apuntó en un comunicado que las cifras “refuerzan” el “progreso histórico” logrado y demuestran “que estamos en el camino correcto”.
Ahora, añadió, “debemos terminar el trabajo”. “La inflación en Estados Unidos sigue bajando, lo cual es una buena noticia para las familias y las empresas de todo el país (…) pero todavía hay más trabajo por hacer a medida que hacemos la transición hacia un crecimiento más constante y estable”, señaló el mandatario.
Biden reconoció que “podría haber contratiempos en el camino”, en un momento clave en el que se analiza de cerca si las constantes subidas de tipos de interés llevadas a cabo por la Fed están teniendo el deseado efecto de contención de los precios.
El pasado 1 de febrero se produjo la última, que fue la octava desde marzo del año pasado, un alza de 0,25 puntos, que confirmó una ralentización en las subidas.
Con esta alza, menor que las subidas previas, los tipos se situaron en una horquilla del 4,5 % y el 4,75 %, la cifra más alta desde septiembre de 2007.
Sin embargo, el presidente de Fed, Jerome Powell, insistió en un evento público la semana pasada en que será necesario seguir elevando los tipos de interés durante un tiempo ya que el proceso de “desinflación” solo acaba de comenzar y “tiene un largo camino a seguir”.
El presidente del ente regulador recordó que el objetivo de la Fed es devolver la inflación al 2 % y que esto no será inmediato.
Aunque la Fed espera que 2023 “sea un año de caídas significativas”, señaló Powell, “tomará, no solo este año, sino el próximo año, en bajar cerca del 2%”.
Desde que alcanzó su pico en junio (9,1 %) de 2022, la inflación en Estados Unidos se ha relajado hasta este 6,4 % y en enero bajó por séptimo mes consecutivo, aunque con la mencionada pequeña caída de una décima.