México – La rebaja de las perspectivas económicas, la tregua con el empresariado y una relativa tranquilidad macroeconómica han marcado los primeros cien días del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que se cumplen este domingo.
El líder de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) asumió el cargo el 1 diciembre con muchas promesas bajo el brazo: acabar con la corrupción y la violencia, ayudar a los mas desfavorecidos y promover una economía centrada en beneficiar a la ciudadanía y no solo a las empresas.
Ya antes de comenzar su mandato, hubo polémicas como la cancelación del aeropuerto de Texcoco, de 13.300 millones de dólares y con un 30 % de avance, o la eliminación de las comisiones bancarias, una medida propuesta por su partido en el Legislativo, y actualmente en evaluación tras descalabrarse la bolsa un 5,81 %.
Pese a que ello generó choques en los mercados, ni el peso mexicano ni la bolsa han padecido demasiados cambios. La moneda nacional se ha apreciado frente al dólar desde diciembre, rozando esta semana 19,25 unidades por billete verde.
Ello gracias a «la fortaleza macroeconómica» y a una política fiscal con «un cariz conservador, incluso ortodoxo», apuntó a Efe el profesor titular de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Carlos Javier Cabrera.
El presupuesto público de 2019, el primero del equipo de López Obrador, fue visto por analistas como realista, pese a dar un giro social con programas como la pensión a adultos mayores.
Otro punto a su favor de la estabilidad ha sido la supuesta tregua con la patronal, con quien mantuvo fuertes encontronazos durante la campaña electoral.
A mediados de febrero, el Gobierno anunció la creación de un Consejo que aunará el sector público, privado y ciudadano.
Días después, López Obrador asistió a la toma de posesión de Carlos Salazar como presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), exhibiendo cierta sintonía con los empresarios.
No obstante, para el director general adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Manuel Molano, esta aparente paz con la patronal se debe a dos factores.
«Ningún empresario se va a oponer porque en México la posibilidad de que un negocio funcione depende en buena medida de si el Estado quiere que funcione», explicó a Efe.
Además, señaló que hay muchos empresarios con proyección pública que son actualmente afines a él.
El combate al multimillonario robo de combustibles a Petróleos Mexicanos (Pemex) también ha marcado sus cien días de Gobierno.
La petrolera cambió el modelo de suministro a gasolineras- tras el cierre de oleoductos ahora se hace en buena medida por camiones cisterna- y ello llevó a desabastecimiento en varios estados durante semanas.
Aunque las cifras oficiales reflejan un drástica caída del robo, expertos como Molano consideran que no es «una buena solución» a largo plazo.
Pero para Cabrera, este combate era «necesario» y representa una lucha «muy emblemática» contra la corrupción.
López Obrador también anunció el rescate de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Para la estatal petrolera -con una gigantesca deuda- el Ejecutivo anunció medidas extraordinarias de apoyo que, sumadas al ahorro de combustible no robado, suma 107.000 millones de pesos (5.555 millones de dólares) a sus arcas.
La medida ha sido criticada por entidades financieras como BBVA Bancomer y, sobre todo, por las agencias calificadoras de riesgo.
Las calificadores parecen enfrentadas al gobierno, y han rebajado las perspectivas tanto de Pemex como de la CFE, así como la nota soberana del país.
Esta misma semana, Standard & Poor’s revisó a la baja la perspectivas de ambas compañías estatales, de 77 instituciones financieras y de empresas como América Móvil.
«Se está castigando al país por la política neoliberal que se aplicó en los últimos 36 años y fue un rotundo fracaso. (…) Nos toca pagar los platos rotos», rebatió el líder izquierdista.
Pero las decisiones de las agencias no repercutieron demasiado en los mercados. «Standard & Poor’s no hace cosquillas a mercados», publicó el pasado miércoles el diario El Universal.
El mandatario asegura que la economía crecerá al 4 % en promedio anual durante su sexenio.
Pero la Secretaría de Hacienda estima que este 2019 crecerá entre el 1,5 % y el 2,5 % e instituciones como el Banco de México han rebajado recientemente su pronóstico del 1,1 % al 2,1 %.
Molano ve «signos de desaceleración» y lamentó que la incertidumbre haya precipitado la inversión: «La formación bruta de capital está a niveles muy bajos».
Positivamente, los analistas destacaron la saludable confianza del consumidor, en máximos históricos, y del bienestar autorreportado, que en enero subió al 8,4 (sobre 10), el nivel más alto desde que inició la serie en 2014.
«El gran reto para el Gobierno mexicano es mantener la confianza, y ello se logrará con resultados económicos», concluyó Cabrera.