Bruselas.– La Unión Europea (UE) no financiará con fondos europeos la construcción de vallas ni alambradas en las fronteras exteriores contra la inmigración irregular, un asunto que se debatió en la cumbre europea que finalizó este viernes, dijo la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen .

«He dejado claro que existe un entendimiento entre el Parlamento Europeo y la Comisión sobre no financiar alambradas con púas ni vallas» con cargo al presupuesto europeo, señaló en rueda de prensa Von der Leyen al término de la cumbre.

En una carta dirigida a la Comisión Europea hace unas semanas, doce países -Austria, Bulgaria, Chipre, Chequia, Dinamarca, Estonia, Grecia, Hungría, Lituania, Letonia, Polonia y Eslovaquia- pidieron que se permita recurrir a la financiación europea para construir «barreras físicas», como «medida efectiva de protección de las fronteras».

La presidenta de la Comisión explicó que ya existe financiación para la gestión de las fronteras en el presupuesto europeo, «y no solo para los equipos, también para personal y medios electrónicos e infraestructura», pero excluyó que las vallas y alambradas puedan beneficiarse.

Ademas, de nada sirven los muros cuando muchos migrantes llegan por vías aérea o marítima, dijo, por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron.

La migración fue el principal tema de debate en la reunión de los líderes este viernes.

Por un lado, se habló de un asunto que preocupa a toda la UE pero en particular a los estados del Este: la manera de responder a la crisis migratoria creada por el régimen del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, que facilita la entrada en la UE de miles de migrantes irregulares a través de las fronteras con Lituania, Polonia y Letonia.

Por otro, se abordó la llamada «dimensión exterior» de la migración, es decir, los pactos con terceros países para atajar las llegadas a la UE, facilitar los retornos y crear vías legales de entrada, un tema que interesa en particular a España, Italia y los países del sur.

GUERRA HÍBRIDA DE BIELORRUSIA

El régimen de Lukashenko lleva meses, según los Veintisiete, impulsando una «guerra híbrida» que se ha plasmado en la entrada de miles de migrantes irregulares a la UE, la mayoría de Irak.

Von der Leyen dijo que, frente al ataque bielorruso, la UE «mantendrá la presión», y que además de las medidas propuestas (la suspensión de los visados a miembros del Gobierno y otros cargos oficiales del país), Bruselas está lista para «explorar más acciones, no solo dirigidas contra individuos sino también contra entidades».

El alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, había dicho este jueves sobre Bielorrusia que la UE tiene también que «echar un vistazo a las aerolíneas y los operadores de viajes que están cooperando con esta forma de usar a los seres humanos como armas».

En un documento de conclusiones adoptado en una cumbre europea, los estados miembros subrayaron hoy que no aceptarán «ningún intento de terceros países de instrumentalizar migrantes con fines políticos», condenaron los ataques híbridos en las fronteras de la UE e indicaron que «responderán» a ellos.

Además, invitaron a Bruselas a proponer «cualquier cambio necesario en el marco legal de la UE» y medidas concretas acompañadas de apoyo financiero para «asegurar una respuesta inmediata y apropiada».

La situación creada por los flujos desde Bielorrusia se ha agravado en las últimas semanas.

Distintas investigaciones periodísticas han acusado a policías de Grecia, Croacia y Rumanía de haber participado en supuestas devoluciones en caliente de migrantes irregulares en sus fronteras exteriores, unas denuncias que la Comisión ha pedido investigar a las autoridades de esos países.

DIMENSIÓN EXTERIOR

Los líderes pidieron que los ocho planes de acción existentes para colaborar con países terceros de origen y tránsito de los flujos irregulares «se hagan operativos y se apliquen sin retraso», con un calendario concreto y «el apoyo financiero adecuado».

La presidenta de la Comisión reconoció que hay «diferentes enfoques» entre los estados miembros a la hora de abordar la migración irregular e insistió en la necesidad de que los países lleguen a un acuerdo sobre el Pacto europeo Migratorio y de Asilo.

Según el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, existe «una mayor convergencia» a nivel de la UE y una «ventana de oportunidad» para llegar a un acuerdo sobre el pacto, presentado en septiembre de 2020.

Para financiar las acciones que se llevan a cabo en las distintas rutas migratorias, los líderes consideraron que se debería destinar «al menos el 10 % de la dotación financiera del Nuevo Instrumento de Vecindad y Cooperación (NDICI) y otros instrumentos relevantes».

El texto deja claro además que la UE «sigue determinada a garantizar un control eficaz de sus fronteras exteriores» y que se deben mantener los esfuerzos para reducir los «movimientos secundarios».

La UE subrayó también la necesidad de asegurar los «retornos efectivos» de las personas que no tienen derecho a solicitar protección internacional en la UE y la «plena aplicación de los acuerdos de readmisión».