Un soldado hace guardia el viernes 3 de julio en el sitio donde especialistas forenses hacen el levantamiento del cadáver de una mujer asesinada en la colonia Brasilia de Comayagüela (Honduras). EFE/Gustavo Amador

Tegucigalpa – Honduras debe dirigir sus esfuerzos y recursos hacia la prevención para reducir la violencia, un flagelo que deja más de 2.000 muertos en lo que va de este año, y la incidencia de la pandemia del coronavirus, que en cuatro meses desde que se reportaron los primeros dos casos, suma 629 fallecidos.

La violencia homicida es un «problema mundial» porque las estrategias están orientadas más a reprimir y controlar el delito, en vez de prevenirlo, dijo a Efe la directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Migdonia Ayestas.

Honduras, que ha figurado entre los países más violentos del mundo por las altas tasas de muertes violentas, sin vivir en guerra, ha logrado reducir la tasa de 85,5 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2012 a 44,2 en 2019, pero la cifra todavía «es alta», añadió.

ACTIVIDADES ILÍCITAS NO GUARDAN CUARENTENA

Pese a que el país está semiparalizado y la población en confinamiento por la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus, hay actividades ilícitas que no descansan: el narcotráfico, la criminalidad y la extorsión, destacó.

«A pesar de que los negocios, los comercios, las empresas han cerrado, la economía ilícita no ha parado, siempre hay narcotráfico, extorsión, crímenes (…), ellos siguen operando», enfatizó Ayestas.

Entre la COVID-19 y la violencia existe un factor común, «que es el miedo», subrayó la experta, quien instó a las autoridades a trabajar en la prevención.

«El lavado de manos y el distanciamiento social van a permitir que una persona se contagie o no, pero enseñarles a los niños que no deben formar parte de esos grupos ilícitos es parte de la prevención» para reducir la violencia, enfatizó.

El país centroamericano también requiere crear más empleos dignos, mejorar la educación y la salud para prevenir la violencia, agregó.

VIOLENCIA VERSUS COVID-19

La violencia «mata más» que el coronavirus, enfatizó Ayestas, quien aseguró que «más de 2.000 personas» han fallecido de manera violenta este año, una cifra inferior a los 1.575 homicidios reportados por las autoridades.

Se preguntó «cómo ocurren (esas muertes) si estamos encerrados» por el decreto de emergencia debido al coronavirus, que ya ha causado en Honduras 629 decesos y 22.921 contagios.

Los departamentos de Francisco Morazán y Cortés, en el centro y norte del país, son las regiones más afectadas por la violencia, lo mismo que por la COVID-19.

Cortés ya suma 10.060 enfermos por coronavirus, mientras Francisco Morazán registra 8.340 casos, según cifras del Sistema Nacional de Gestión de Riesgo (Sinager).

Francisco Morazán y Cortés son las regiones con «alta concentración poblacional, mucho flujo de efectivo de economía lícita e ilícita, mucha presencia de bandas criminales, maras, el narcotráfico, la extorsión se complican, donde mueren muchos transportistas, pero también hay muchos homicidios múltiples», enfatizó.

Ayestas lamentó que este año 73 personas han muerto en Honduras en 20 asesinatos múltiples (matanzas con más de tres víctimas cada una), la mayoría en Francisco Morazán y Cortés y durante el confinamiento.

MEDIDAS HEROICAS

Además de una estrategia preventiva, Honduras debe implementar «medidas heroicas» para reducir la propagación del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, dijo a periodistas el epidemiólogo hondureño Tito Alvarado.

«Es necesario dar soluciones, estamos en una guerra sin cuartel, tenemos un enemigo invisible, lo que hace muy difícil ganar la batalla», enfatizó.

El experto aseguró que es necesario «unirse» todos los sectores para identificar a las personas contagiadas y tomar medidas para frenar la propagación del virus.

Alvarado pidió al Gobierno habilitar el Centro Cívico Gubernamental, en el que se instalarán la mayoría de las instituciones estatales en Tegucigalpa, para que sea utilizado como centro de triaje y contratar a al menos 6.000 médicos más.

HOSPITALES COLAPSAN

La mayoría de los hospitales hondureños que atienden pacientes con COVID-19 han colapsado, según denuncias de médicos y fotografías divulgadas en redes sociales que muestran las precarias condiciones y la falta de equipamiento de los sanatorios.

Según las imágenes, en el Hospital del Sur algunos pacientes son atendidos en los pasillos o en un colchón colocado en la acera debido a que el nosocomio ha sobrepasado su capacidad.

El subdirector del Hospital del Sur, Gustavo Avelar, dijo a periodistas que el sanatorio ha «sobrepasado» su capacidad de atención.

«Estamos preocupados porque si esta demanda continúa no vamos a tener un lugar digno para las personas», enfatizó Avelar, quien reveló que al menos el 40 % de las enfermeras del hospital han contraído el coronavirus.

La dermatóloga y miembro de la Plataforma en Defensa de la Salud y la Educación, Ligia Ramos, instó a las autoridades a cerrar todos los negocios del país, especialmente las maquilas, para frenar la expansión del virus.

«Que es lo que no se entiende por el amor de Dios?! ¡Cierren TODO! Estamos abarrotados, desbordados, ya no podemos más, se van a quedar sin personal de salud. Cierren las putas maquilas por el amor de Dios», indicó Ramos en Twitter.

ESTRATEGIA HA FRACASADO

A la petición se ha sumado el presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés, Pedro Barquero, quien la víspera indicó que el Gobierno, que preside Juan Orlando Hernández, «ha fracasado» en el manejo de la pandemia.

«El Gobierno ha fracasado en la contención de esta pandemia. No se deben perder más vidas, urge poner en manos de los expertos de salud el manejo de esta emergencia», subrayó Barquero, en Twitter.

Según el científico Marco Tulio Medina, en Honduras al menos 100.000 personas han contraído la COVID-19, una cifra que difiere de los datos oficiales.

«La cantidad de persona que se plantea arriba de 20.000 se multiplica por cinco, es decir, son 100.000 personas en el país afectadas por la enfermedad», explicó Medina, quien instó a la población a entender que el coronavirus «no es un juego y que está causando la muerte» de cientos de personas.