París – La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, consideró hoy que la respuesta a las crecientes desigualdades que alimentan el populismo es más liberalización y una globalización que respete las reglas y tenga en cuenta el medio ambiente y la inclusión.
En una entrevista publicada hoy por «Les Echos», subrayó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) aboga por una mayor apertura, «en particular en los servicios», porque eso permitiría aumentar la productividad.
«Pero lo esencial es que la globalización debe evolucionar de una forma diferente, con un mejor respeto de las reglas y del medio ambiente y con una preocupación deliberada para incluir a los pueblos», añadió.
Lagarde cree que el presidente estadounidense, Donald Trump, tiene razón cuando dice que la libre competencia debe ser justa en todos los aspectos.
A su juicio, la mayor preocupación actual no es tanto la situación económica, que «no es alarmante», sino «indudablemente» la política, cuya evolución puede acarrear «graves consecuencias económicas».
La representante del FMI subraya que mientras desde hace cuatro décadas progresaban en el mundo la democracia, la esperanza de vida y las condiciones sanitarias, por primera vez en 2017 disminuyó «ligeramente» el número de regímenes democráticos.
Además, tachó de «realmente preocupante» el aumento de los populismos registrado en elecciones recientes y «una apetencia por regímenes autoritarios, tanto de derechas como de izquierdas».
Más allá de las peculiaridades de cada país, constató que en muchos se dan un estancamiento del nivel de vida de las clases medias, un agravamiento de las desigualdades y un enfado con las élites «que no han sido sancionadas por los errores cometidos», lo que hace atractivas «tesis simplistas y populistas».
Para la exministra francesa, los riesgos financieros actuales son la «periferia» del sistema bancario y la deuda pública y privada, que ha seguido aumentando y representa actualmente un 220 % del producto interior bruto (PIB) global, un 60 % más que hace diez años.
Sobre la zona euro, vio «alentadora» la mejora de las cifras del paro, pero consideró «imperativo» «concluir la construcción del euro y finalizar la unión bancaria», así como crear un gran mercado de capitales y modificar las políticas fiscales, algo que «la situación italiana» ha complicado.