Los hispanos con inglés limitado también visitaron con menos frecuencia las salas de emergencias o ambulatorias (36 %), permanecieron menos días hospitalizados y recibieron menos medicamentos recetados (48 %) que los adultos latinos que dominaban este idioma. EFE/Esteban Biba/Archivo

Miami – Las barreras idiomáticas alejan a millones de latinos que no hablan inglés de manera fluida de una buena atención médica, según un estudio publicado esta semana.

El reporte de investigadores de la Harvard Medical School, la City University de Nueva York y la Cambridge Health Alliance apunta a que 25 millones de latinos tienen un dominio limitado del inglés y que este grupo representó un gasto médico anual per cápita 35 % más bajo en promedio en el periodo 2014-2018 que los adultos hispanos que dominaban el inglés.

Los hispanos con inglés limitado también visitaron con menos frecuencia las salas de emergencias o ambulatorias (36 %), permanecieron menos días hospitalizados y recibieron menos medicamentos recetados (48 %) que los adultos latinos que dominaban este idioma.

Por este motivo, los autores del reporte que publica el Journal of Health Affairs mostraron su preocupación de que las barreras idiomáticas puedan estar obstruyendo el acceso a la atención médica por parte de este grupo.

Pero la situación va más allá, pues las personas con dominio limitado del inglés decían tener una peor salud que los grupos que dominaban el idioma, y además tenían menos afecciones médicas crónicas diagnosticadas por un médico.

«Las brechas en la atención que observamos podrían ser el resultado de varios factores arraigados en las desigualdades basadas en el idioma. Las personas que no hablan inglés pueden ser menos propensas a buscar atención por problemas de salud, anticipando que sus necesidades podrían no ser satisfechas», indica el informe.

A eso habría que sumar que los latinos que no se sienten cómodos hablando inglés pueden haber tenido «experiencias negativas previas» con el sistema de atención de la salud, incluido el sentirse «incómodos o discriminados», a lo que hay que añadir la escasez de personal clínico y administrativo que hable su idioma, indica el reporte.

Este último hecho, asegura, podría dificultar la identificación de dolencias y limitar además el uso de la telemedicina.

Los datos, alertan, apuntan a que la brecha en el gasto en atención médica entre los dos grupos de hispanos se ha ampliado desde 1999, año desde el que estudiaron datos de encuestas federales a más de 120.000 residentes en EE.UU.

Por ello, consideran «esencial» asegurar una financiación adecuada para los servicios de interpretación para poder integrarlos en los flujos de trabajo diarios y trabajar para que, a medida que la atención se traslada a la telemedicina y los portales web, la información esté disponible también para pacientes con dominio limitado del inglés.