Ginebra – Las inversiones extranjeras directas se mantuvieron casi estables en Latinoamérica (-1 %) el año pasado, cuando totalizaron los 193.000 millones de dólares, con lo que fue la región en desarrollo menos afectada por una tendencia general a una caída de las inversiones, según el informe anual de ONU Comercio y Desarrollo.
En el análisis que publicó este jueves el organismo técnico de Naciones Unidas señala que varios países latinoamericanos se han beneficiado de la demanda sostenida de materias primas y de minerales vitales para la producción de tecnologías de energía limpias.
Como ocurre a nivel global, también a nivel regional se siguieron observando diferencias considerables entre países, con las economías de México y Brasil que se mantuvieron de manera general como los imanes más fuertes para las inversiones foráneas, y el rol de Chile como uno de los destinos cada vez más interesantes.
De Sudamérica fueron Argentina, Chile y Guyana los países donde el año pasado la inversión extranjera directa creció más y equilibró resultados más negativos en Perú y Brasil, que pese a esto fue el país que más flujos recibió, según el informe.
En el resto de la región, México destacó con un flujo estable de entrada de inversiones, mientras que en el Caribe fue República Dominicana la que despuntó con un aumento del 7 % de las inversiones extranjeras.
En la presentación del informe, la jefa del organismo, Rebeca Grynspan, analizó los esfuerzos que se han registrado a nivel internacional para «descentralizar» las cadenas de suministros -tras la vulnerabilidad que quedó en evidencia durante la pandemia- y como algunos países latinoamericanos están beneficiándose de esta situación.
Apuntó que México y Costa Rica, en Latinoamérica, Vietnam en Asia, y ciertos países de Africa occidental están reforzando su rol en una cadena de suministro global más descentralizada, aunque esta tendencia aún no sea lo suficientemente fuerte.
Grynspan comentó que la región ha mostrado una resiliencia importante en el área de los proyectos greenfield (construcción de nuevas instalaciones, en el que las energías renovables ocupan un papel primordial), cuyo impulso global se frenó el año pasado.
En ese sentido, destacó anuncios de importantes inversiones extranjeras en grandes proyectos en Brasil y Chile, «lo que se explica por el gran potencial que tiene latinoamérica en las energías renovables».
«Pensemos en que las nuevas tecnologías y sectores requerirán el uso intensivo de energía renovable, y África y Latinoamérica tienen en esto una ventaja comparativa», declaró en una rueda de prensa.
El informe destaca también el impulso que está tomando en la región la industria de extracción de minerales vitales para la transición energética, particularmente en Chile, del que destacó también los proyectos sobre hidrógeno verde y producción de energía solar y eólica.
Las inversiones en este ámbito proceden principalmente de China, Estados Unidos, Canadá y Australia.