Fotografía cedida por la ONG Sea-Watch que muestra a Nasreen (2d) y a su hijo Zizou (i) junto a otros inmigrantes a bordo del buque Sea Watch 3 en el Mediterráneo, el 23 de diciembre. EFE

Roma – Las condiciones a bordo de los dos barcos que desde hace más de dos semanas esperan un puerto para poder desembarcar a 49 inmigrantes rescatados se agravan, advirtieron hoy las ONG alemanas que fletan los buques, mientras Italia y Malta siguen negándose a acogerlos, a pesar de los llamamientos del papa Francisco.

«Las personas resisten, como no podría ser de otro modo, ayudándose unas a otras; las condiciones meteorológicas están empeorando y muchos están al extremo de sus fuerzas», dijo la portavoz de Sea Watch Giorgia Linardi, en declaraciones a una radio.

Linardi describía así la situación a bordo del Sea Watch 3, que se encuentra en las aguas de Malta y lleva a bordo a 32 inmigrantes rescatados en el Mediterráneo el 22 de diciembre.

Entre ellos se encuentran tres menores no acompañados, además de dos niños pequeños y un recién nacido.

Por su parte, la ONG Sea Eye señaló que a bordo del «Profesor Albrecht Penck», que tiene a 17 inmigrantes salvados el 29 de diciembre, el agua potable está «rigurosamente racionada» y el carburante también se está agotando.

Los 17 rescatados duermen en la enfermería y comparten un solo baño, sin colchones ni ropa para cambiarse, porque la nave no está adaptada para el transporte de pasajeros por mucho tiempo.

La situación sigue bloqueada y ni Italia ni Malta, los dos países más cercanos para las naves, están dispuestas a acoger a los rescatados.

A pesar de los llamamientos de ONG, políticos de oposición e incluso del papa Francisco, el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, se niega a aceptar a los inmigrantes y frente a las presiones -incluso de su socio de Gobierno, el M5E que desea recibir a 10 mujeres y niños- su tono es cada vez más desafiante.

«Pueden hacer los llamamientos que quieran, Fabio Fazio (un presentador de televisión), el obispo, el cantante, el futbolista, pero yo respondo a 60 millones de italianos que tienen derecho a un país en el que se entra si se tiene derecho», espetó.

«En Italia se entra pidiéndolo por favor y diciendo gracias», añadió, en una de sus múltiples intervenciones en directo por Facebook.

Palabras que han llevado al alcalde de Nápoles, Luigi de Magistris, a denunciar el «corazón de piedra» del que califica de «Gobierno inhumano».

De Magistris ha ofrecido el puerto de Nápoles desde hace días para acoger a los inmigrantes, pero Salvini, que se arroga todas las decisiones sobre el asunto, lo rechaza.

Según Franck Dorner, médico a bordo del Sea Watch 3, la situación «es cada día más inestable y aumenta el nivel de estrés».

Ayer, el papa apeló a los líderes de la Unión Europea a poner fin a esta odisea.

«Desde hace muchos días, 49 personas salvadas en el mar Mediterráneo están a bordo de dos naves de ONG, en busca de un puerto seguro donde desembarcar. Hago un cordial llamamiento a los líderes europeos para que demuestren solidaridad concreta hacia estas personas», dijo el papa durante la oración del Ángelus este domingo.