Washington – Cinthia Ramírez, una sargento del Ejército de Estados Unidos de origen mexicano, se ha convertido en la primera mujer del país especializada en un poderoso tanque de guerra, lo que considera una tarea «empoderante» y de gran responsabilidad, según cuenta a EFE.

Esta «tanquera», de 23 años, es la primera mujer en servicio activo del Ejército estadounidense graduada como maestra artillera del Abrams M1A2, un vehículo blindado de 8 metros de largo, 3,5 metros de ancho y 2,45 metros de altura, que pesa unas 67 toneladas y tiene un costo de unos 9 millones de dólares.

Nacida en Plainview (Texas), la artillera latina cuenta que se graduó hace un mes en un curso «muy intensivo con una tasa de graduación de 33 %» y con al menos «una semana de instrucción en el terreno».

Llegar a hacer historia en el Ejército de Estados Unidos no fue tarea fácil para la hispana de madre mexicana, en cuya familia no hay otros militares. «Mi familia no quería que yo estuviese en la infantería», indica.

Recuerda que ingresó al Ejército cuando tenía 18 años «porque no tenía una dirección a tomar en la universidad, no sabía qué quería hacer».

Pero allí encontró su camino. «El oficial de reclutamiento me sugirió que fuera una ‘tanquera'», subraya.

Ahora su trabajo también consiste en conformar el equipo que manejará el tanque Abrams M1A2 que le asignen.

Esta tarea la compone el comandante de la unidad, ubicado en la torre giratoria donde está la cabina central; el conductor, que se ubica en un compartimento en la parte frontal del tanque; el cargador, que coloca los obuses en el cañón, y el artillero -o en este caso la artillera-, que es el oficial no comisionado experto técnico y táctico en el armamento.

Como artillera, Ramírez es responsable por el uso del cañón de ánima lisa de 120 milímetros que dispara obuses con un alcance de hasta 3,2 kilómetros (2 millas), y de la ametralladora coaxial M240 de calibre 7,62 milímetros y con un alcance de disparo de unos 1.300 metros.

PLATAFORMA COMPLEJA

«Es empoderante», comenta la sargento. «Y (el tanque) es una plataforma compleja».

La sargento Cinthia Ramírez y su pareja | EFE
La sargento Cinthia Ramírez y su pareja | EFE

Para identificar objetivos como vehículos o búnkeres enemigos, la artillera usa una mira estabilizada durante el día, un visor térmico en la noche, y un telémetro láser que mide con precisión la distancia al blanco.

La munición opera con un cartucho combustible que se destruye en el disparo, y la cabina que comparten el comandante, el artillero y el cargador se torna calurosa con los disparos, «pero tenemos buena ventilación», explicó Ramírez.

«La denominación de mi tarea es ‘tanquera’, y el curso del cual me gradué es de ‘maestro artillero’ para ese tanque, lo cual implica mantener la operación del equipo», detalló la joven.

«Soy una de las pocas personas que tienen este conocimiento de cómo operan todos los sistemas del tanque. Si algo funciona mal en el tanque, yo soy quien debe saber la respuesta», cuenta.

El trabajo de Ramírez es muy importante en situación de guerra. Por estos días delegados de Estados Unidos y sus aliados europeos mantienen en Alemania una discusión acerca del envío de tanques a Ucrania.

Los miembros de la Organización del Tratado de Atlántico Norte (OTAN) que tienen en su arsenal tanques Leopard alemanes discuten el envío de ese armamento, y por su lado EE.UU. está renuente al envío de sus Abrams por el costo y la complejidad de su operación.

Ramírez está dispuesta a ir donde sea necesario y servir 20 años en el Ejército, y si bien ahora está enfocada en su tarea como maestra artillera, le ha puesto la mira al curso de instructora militar.

«Quizá en un par de años», señaló.

Recién llegada al Ejército, Ramírez tuvo su instrucción básica en Fort Benning (Georgia) y después prestó servicio como conductora de vehículos en Fort Hood (Texas), e hizo un turno de rotación en Corea del Sur en 2019.

Ahora está asignada a la Compañía Avenger, en el Batallón 1, Regimiento de Caballería 12, de la Primera División de Caballería.

Consciente de que con su ejemplo abre el camino para futuras mujeres soldados, Ramírez envía un mensaje alentador a quienes dudan de sí mismos: «No escuches lo negativo. Incluso si fallas, te levantarás y seguirás perseverando por lo que quieres».