Fotografía de archivo personal cedida donde aparece Elio Morillo, ingeniero de sistemas en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, mientras posa junto al astromóvil Perseverence. EFE/Álbum Personal Elio Morillo

San Juan – Elio Morillo, ingeniero de operaciones del explorador «Perseverance» de la NASA, nacido en Ecuador pero que se siente puertorriqueño, conoce bien el significado de la perseverancia por todo el trabajo hecho hasta lograr participar en el proyecto del helicóptero Ingenuity, que hará su primer vuelo en Marte el próximo domingo.

Su empeño lo demostrará cuando, junto a un grupo de profesionales de la NASA, lance en Marte el helicóptero, el primer aparato de este tipo que viaje fuera de la Tierra.

Ese «saltito», como describió Morillo, será de solo de entre 3 y 5 metros de altura, «para comprobar que podemos volar en Marte».

«LA GRAN LECCIÓN DE MI VIDA»

«Siempre es un desafío tras otro, pero siempre en la lucha. Esa ha sido la gran lección de mi vida. ‘Perseverance’ es la definición de mi vida, por ponerlo más sencillo», expresó Morillo.

Según relató, «por casualidades de la vida» fue que vivió en la isla, cuyo nivel «educativo, cultural y formación» le llevan a considerarse puertorriqueño.

Morillo pasó sus primeros seis años de vida en Ecuador, pero debido a la crisis económica y social, que dejó a su madre, maestra de profesión, sin trabajo, decidieron mudarse a la isla, donde ya su hermano mayor residía.

SIN INTERNET DURANTE SU ADOLESCENCIA

Fue específicamente a Caguas, municipio aledaño a San Juan, donde Morillo y su madre se reubicaron, en una residencia que no contaba con televisión con cable ni internet.

Morillo fue matriculado en la Escuela Luis Cartagena Nieves, actualmente cerrada, mientras que su madre volvió a enseñar en las aulas.

«Allí tuve unas maestras que siempre se inventaban de todo. Siempre nos apoyaban en las competencias de matemáticas y ciencias. Fue bien formativo», recordó.

Tras varios años en la escuela pública, fue becado en el colegio privado Notre Dame, también en Caguas.

Siendo su madre una educadora, la educación era prioridad en su casa.

OTRA MUDANZA A NUEVA YORK

Debido a problemas financieros, el joven y su madre se trasladaron a Nueva York, donde tuvieron que lidiar con la barrera del inglés.

El proceso para que Morillo lograra ser matriculado en alguna escuela neoyorquina era más difícil de lo que pensaban, algo casi tan complicado como ser aceptado en una universidad.

Según dijo Morillo, ya en aquel entonces las ciencias y la tecnología le llamaban mucho la atención.

Fue así como el joven estudiante fue aceptado en la New Explorations into Science, Technology & Math School.

«En ese tiempo, la escuela no era especializada, pero al pasar los años se ha convertido en una de las mejores de Manhattan. Ahora hay que tomar un examen para entrar», dijo.

El joven continuó destacando académicamente, por lo que al graduarse de escuela superior y mientras esperaba ser admitido en alguna universidad consiguió ser aceptado en un programa de verano en la Universidad de Michigan.

EN MICHIGAN SE ABRIERON LAS PUERTAS

Finalmente, en Michigan obtuvo un bachillerato en Ingeniería Mecánica, un título en Ingeniera Eléctrica y una maestría en Diseño e Ingeniería de Sistemas Espaciales.

«Ahí se me abrieron las puertas al mundo aeroespacial, con compañías en Estados Unidos», explicó.

Entre esos trabajos se destacan diseñar turbinas de aviones, y en proyectos secretos del Departamento de Defensa, hasta que finalmente es contratado para trabajar en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, entidad que el pasado 30 de julio logró despegar el Rover Perseverance hacia Marte en busca de rastros de vida antigua.

Allí, concretamente en el año 2016, le integraron en la misión en al planeta rojo.

«Ahora mismo estoy involucrado en esta misión y de ahí se abren muchísimas oportunidades en el aspecto del espacio», destacó, después de subrayar que la economía espacial está creciendo muy rápidamente.