Roma – Máximo goleador de la Serie A tras un inicio arrollador, capitán de su equipo y pieza indiscutible en el once de Simone Inzaghi, el argentino Lautaro Martínez es sin ningún tipo de duda el jugador más determinante del Inter, la referencia absoluta y el termómetro del equipo. Un ‘buque insignia’ interista que persigue sin miramientos ni distracciones culminar la hazaña que rozó la temporada pasada en Europa.

El Inter se ha ganado a pulso el derecho a ser considerado ya no solo una amenaza a nivel italiano, sino a nivel europeo. Su gran temporada pasada, en la que fue finalista de Liga de Campeones, ganador de la Copa Italia y de la Supercopa de Italia, le avala. El principal culpable, irrefutablemente, es Lautaro, que disfruta del mejor momento de su carrera.

El Inter recibirá este martes al Salzburgo en la tercera jornada de la Liga de Campeones.

No le pesa el brazalete de capitán

Y es que no hay jugador con un mejor arranque de temporada en la Serie A que Lautaro. Son 11 goles en 9 partidos, a los que hay que sumar el tanto cosechado en ‘Champions’ que suma un total de 12 goles en 10 partidos, en los que también acumula 1 asistencia. Está 5 goles por encima de un delantero de la talla del nigeriano Victor Osimhen, el máximo goleador de la temporada pasada.

Números que, pese a ser más que reveladores, no terminan de poner de manifiesto su relevancia en el buen hacer de su equipo, líder de la Serie A y máximo candidato a heredar el histórico ‘Scudetto’ del Nápoles. Un título que levantaría el propio Lautaro al ser, a sus 26 años, el primera capitán de un Inter que sigue la estela de su máxima estrella y se encomienda a su calidad en los momentos más complicados.

El ‘Toro’ Martínez es el quinto argentino que capitanea a los ‘nerazzurri’ en toda su historia, heredero de Atilio Demaria, Antonio Angelillo, Javier Zanetti y Mauro Icardi.

Thuram, su nuevo Lukaku

Una de las virtudes de Lautaro es que no solo marca, sino que hace jugar a los suyos. El Inter es un equipo muy complicado de defender por jugar con dos carrileros muy profundos pero, sobre todo, por jugar con dos delanteros centro que ocupan a los centrales durante la mayor parte del partido.

Si bien es cierto que Lautaro es un goleador, su papel de desatascador es fundamental. Siempre acompañado de un nueve puro, el argentino cae a la zona de tres cuartos para oxigenar la salida de balón valiéndose de su potente tren inferior, mejorar la circulación gracias a su gran primer toque de primeras y abrir huecos que aprovechan a la perfección los Mkhitaryan o Barella para ir al espacio.

Un rol que no sería posible si no se repartiera el trabajo con su acompañante. Las marchas de Edin Dzeko y, especialmente, la polémica salida de Romelu Lukaku, con el que formaba la conocida como ‘LuLa’ en Italia, una dupla que dio el ‘Scudetto’ al Inter en 2021 de la mano de Antonio Conte, generaron dudas en el seno interista, sabedor de la importancia de acompañar bien a su delantero más preciado.

Apareció Marcus Thuram y el la figura de Lukaku pasó a ser un recuerdo borroso. Con 3 goles en Serie A y 1 el Liga de Campeones, Thuram ha demostrado estar a la altura de Lautaro y se ha vuelto su compañero habitual en las celebraciones de los goles. Entre los dos dominan el área y sus inmediaciones con la autoridad de una dupla que parece conocerse desde hace temporadas pero que en realidad apena suma 15 partidos juntos.

El póker histórico al Salernitana

Seguro el momento más señalado de este inicio de campaña fue el pasado 30 de septiembre, cuando con el marcador luciendo un empate a cero en el minuto 60, apareció el ‘Toro’ para imponer su ley con un ‘show’ goleador a la altura de unos pocos elegidos.

Evitó el sufrimiento que había experimentado su equipo durante la primera hora de partido con un póker histórico con el cerró el partido en menos de media hora. En ese momento, se convirtió en el primer jugador de la historia de la Serie A en marcar 4 goles partiendo desde el banquillo.

Lautaro pasa por el mejor momento de su carrera. Encara el reto de ser el capitán con la naturalidad de quien se sabe preparado para ello, líder natural de un vestuario que vuelve a aspirar a todo en Italia y que sueña con repetir la hazaña de la pasada campaña. Todo gracias a su ‘buque insignia’.