Washington – Seis niños centroamericanos han muerto bajo custodia de las autoridades estadounidenses después que sus familias se topasen con «políticas fronterizas inhumanas» por parte del Gobierno del presidente Donald Trump, afirmó este martes la representante Kathleen Rice.
La legisladora demócrata de Nueva York presidió una audiencia del Subcomité de Seguridad y Operaciones de la Frontera en la Cámara de Representantes convocada para evaluar los esfuerzos que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) ha hecho para impedir la muerte de menores de edad bajo su custodia.
«Jakelin Caal Maqui, de 7 años; Felipe Gómez Alonzo, de 8; Darlyn Cristabel Cordova Valle, de 10; Juan de León Gutiérrez, de 16: Wilmer Josué Ramírez Vásquez, de 2; Carlos Hernández Vásquez, de 16 (…) Estos seis niños murieron en custodia del Gobierno de Estados Unidos en los últimos 18 meses», dijo.
«Eran emigrantes de América Central que murieron por condiciones que pueden prevenirse, en centros de detención en nuestra frontera sur», añadió. «Jamás debemos olvidar sus nombres, sus sufrimientos o las pérdidas terribles que han tenido que soportar sus familias».
Rice añadió que «después de sobrevivir travesías largas y peligrosas, esas familias deberían haber encontrado refugio seguro», en Estados Unidos.
«En cambio, encontraron la miríada de políticas inhumanas de este gobierno, como la separación de las familias», agregó. «Estas políticas y las decisiones del gobierno han contribuido al hacinamiento y condiciones inhumanas en las instalaciones de aduanas y fronteras en toda la frontera sur».
Por su parte, el representante Clay Higgns, de Luisiana y el republicano de mayor jerarquía en el subcomité, dijo que «la crisis que ha estado ocurriendo a lo largo de la frontera es real».
«No es culpa de las agencias de control de la frontera, del Departamento de Seguridad Nacional ni de la Administración», agregó. «Es el resultado del incremento en el número de las familias que llegan a la frontera».
La Patrulla de Fronteras y otras agencias «han estado manejando cientos de casos cada día», agregó Higgins. «El Gobierno del presidente Trump solicitó del Congreso fondos adicionales para enfrentar esta crisis, y las demoras en la asignación de fondos contribuyó a prolongar la permanencia bajo custodia de menores de edad».
Brian Hastings, del DHS, señaló que los agentes de la Patrulla de Fronteras «van a trabajar cada día sin saber quién es la próxima persona que encontrarán».
«Puede ser un criminal armado, un contrabandista de drogas, un individuo vinculado con el terrorismo, un adulto que busca una vida mejor o, como ha estado ocurriendo en el último año, un niño inocente», agregó. «En nuestro papel policial único, la Patrulla debe estar lista para responder a cualquier situación, en cualquier momento.
Hastings recordó que en el período fiscal 2019, que concluyó el 30 de septiembre pasado, la Patrulla de Fronteras «detuvo o encontró inadmisibles a más de 1.14 millones de individuos, con el 85 % de esos encuentros -más de 977.500- en la frontera sudoeste, con un promedio de dos detenciones o negativa de entrada cada minuto de cada día por todo el año».
Esta crisis humanitaria y de seguridad, añadió el funcionario, «ha creado un reto significativo para la agencia de Aduanas y Protección de Frontera (CBP, en inglés)».
La agencia ha tenido que atender las necesidades de apoyo médico para el número creciente de personas bajo custodia, incluidos menores de edad y grupos familiares y «CBP reconoció la importancia operacional y médica de priorizar la expansión del apoyo médico a lo largo de la frontera sudoeste».
Alexander Eastman, jefe de operaciones médicas de DHS, señaló que «el cuidado médico de los menores de edad bajo custodia no ocurre en el vacío».
«Es un sistema complicado, que involucra otros muchos departamentos del gobierno de EEUU, y evoluciona constantemente», agregó. «Además, y aunque la atención de esta audiencia está enfocada en el cuidado de los menores de edad, tenemos un sistema que cuida tanto de adultos como de niños bajo nuestra custodia».
Eastman concluyó su testimonio instando al Congreso a que «considere de manera integral las leyes de inmigración, y las implicaciones de los fallos de tribunales que han moldeado las leyes de inmigración».