La activista pro-inmigrante de Arizona, Erika Andiola, habla durante una entrevista con Efe el jueves 15 de agosto de 2013, mientras asistía a un foro sobre la reforma migratoria en el Centro para el Progreso Estadounidense en Washington (EE.UU.). EFE/MARÍA PEÑA/Archivo

Phoenix (AZ) – Erika Andiola, reconocida líder del movimiento de los «soñadores», es pesimista sobre la inminente decisión que la Corte Suprema debe tomar sobre el futuro de la Acción Diferida (DACA) y apuesta por derrotar al presidente Donald Trump en noviembre para buscar otra salida a su eterno limbo migratorio.

Esta desesperanza, esta ausencia de un horizonte halagüeño para los jóvenes que en su mayoría cruzaron ilegalmente la frontera de Estados Unidos de la mano de sus padres, le lleva a pedir a los «soñadores» como ella que cambien su mentalidad.

Les invita a que, en caso de no contar con un fallo favorable por parte de la Corte Suprema antes del final de junio «no regresen a las sombras, sino que se involucren en la lucha por sus comunidades».

«La fe no la he perdido o ¿quizás es necesidad? Pero es cuestión de ajustarse al momento, de contar con la estrategia correcta, busquemos la mejor plataforma de los candidatos que apoyen la migración. Estamos en una nueva realidad y debemos ajustarnos, crear un movimiento para las próximas elecciones», aseguró a Efe.

En su opinión, la única esperanza de los beneficiarios de DACA de lograr una respuesta definitiva a su larga lucha por un estatus legal permanente es lograr que Trump abandone la Casa Blanca después de las elecciones del 3 de noviembre próximo.

«La realidad es que será difícil que algo bueno nos pase bajo el mandato el presidente Trump. Es frustrante ver cómo quiere retirar la ayuda para el COVID-19 a las ciudades santuario, si no hay interés en ayudar a los inmigrantes, menos a los ‘dreamers'», dijo.

La activista, quien se encuentra apoyando al movimiento emergente «Arizona Ready», organización que busca impulsar el voto latino para contrarrestar la agenda de Trump en su carrera por la reelección presidencial, está convencida que «por medio del voto se logrará el cambio».

A sus 33 años, Andiola sigue en la lucha, la que la ha llevado a reconocer que las esperanzas son cada vez menores para los «soñadores» que esperan una decisión favorable por parte de la Corte Suprema, quien mantiene en el limbo de la deportación a unos 700.000 jóvenes que entraron a Estados Unidos antes de los 16 años.

«Lo más probable es que perdamos el permiso de trabajo poco a poco, algunos en meses, otros en dos años. Pero quiero decirles que no deben de sentir miedo por perder los empleos o ser parados por migración, todos ya pasamos por eso y sobrevivimos», afirmó.

El programa DACA fue creado en el 2012 por el entonces presidente Barack Obama, pero en 2017 Trump anunció su cancelación, aunque se mantiene vigente por orden de jueces federales que, a su vez, abrieron la puerta para que el Gobierno solicitara a la Corte Suprema que revisase la legalidad del beneficio y el uso de la autoridad presidencial para cancelarlo.

Andiola, quien cuenta con permiso DACA hasta el marzo del año próximo, fue secretaria de prensa del senador demócrata Bernie Sanders durante su campaña presidencial en 2016.

Ahora, una vez que el senador por Vermont se retiró de la contienda, la «dreamer» afirmó que apoyará a Joe Biden, situación que no le ha sido fácil aceptar, pero que considera necesaria para derrotar a Trump.

«No puedo tolerar ver cómo cada semana sacan una nueva póliza para atacar a los inmigrantes, a la gente de color, y en cambio ver cómo apoyan a los neonazis, a los supremacistas blancos, debemos pelear por nosotros, no salgan a votar motivados por el candidato, sino por nuestra comunidad», expresó.

Aunque no puedan votar, Andiola quiso resaltar el papel que juegan los «dreamers» y los inmigrantes indocumentados en el país, como ha quedado patente durante la actual pandemia del coronavirus, en la que han crecido en presencia y se ha notado el beneficio que aportan a Estados Unidos.

«No solo estamos hablando de tantos ‘soñadores’ que son enfermeros y doctores en primera línea en los hospitales, sino la gente indocumentada que se encuentra cortando verdura y fruta en los campos para poder comer, todos los que siguen en construcción y son empleados esenciales», dijo.