EFE/Esteban Biba/Archivo

Washington – Más de 1.000 líderes y 250 organizaciones religiosas pidieron este lunes al gobierno del presidente Donald Trump el cese de las deportaciones, la liberación de inmigrantes detenidos y la protección de «todos los que necesiten asistencia» en medio de la pandemia del COVID-19.

«Todos los migrantes hacen contribuciones vitales a la economía, incluidos los inmigrantes indocumentados, las personas en el programa DACA y las que tienen estatus de protección temporaria», señaló la misiva dirigida a Trump y a dirigentes en el Congreso.

«Muchos de los médicos, enfermeras, investigadores y trabajadores de la salud, que protegen la salud pública y cuidan de los enfermos, nacieron en otros países al igual que muchos de los trabajadores esenciales que mantienen nuestro suministro de comida», añadió la carta.

El programa conocido por su sigla en inglés DACA que ampara a más de 700.000 personas, fue creado en 2012 por decreto del entonces presidente Barack Obama.

El presidente Trump ordenó su cancelación en 2017 y se espera que el Tribunal Supremo de Justicia dé su fallo definitivo a mas tardar en junio, en respuesta a las querellas legales iniciadas por defensores de los migrantes.

Según la Oficina de Investigaciones del Congreso, el programa de protección temporaria, (TPS, en inglés) incluye a unas 411.000 personas que han llegado a EEUU huyendo de conflictos armados o desastres naturales. Actualmente cubre a ciudadanos de Nicaragua, Haití, El Salvador y Honduras, entre otros países, que obtienen permisos para trabajar legalmente en Estados Unidos.

«Todas las personas merecen acceso al cuidado que necesitan y merecen ser tratados con dignidad humana», añadió la carta.

Los firmantes pidieron un alto a las deportaciones de mujeres, hombres, niños y familias; la liberación de todos los menores de edad y familias migrantes detenidos; la liberación de adultos detenidos, y garantías de que «todas las personas detenidas tengan acceso a productos de higiene y contactos con abogados, amigos y familiares».

Asimismo, pidieron que se deje en suspenso la medida del Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS, en inglés) conocida como «carga pública», bajo la cual el gobierno puede negar la residencia permanente a inmigrantes que hayan solicitado algún beneficio público como los cupones de alimentos.

Otro reclamo es que cesen las actividades policiales del Servicio de Aduanas y Fronteras (ICE) y de la Agencia de Protección de Aduanas y Fronteras (CBP) «incluidas las deportaciones y los puestos de control dentro del país, y «un cierre temporario de los tribunales de inmigración en todo el país».

Los líderes religiosos pidieron que se ponga fin «a la suspensión de entrada de personas que buscan asilo» y «una extensión de la validez de las visas temporarias y de los plazos para su expiración que estén fijados para antes del fin de la actual pandemia global».

John McCullough, presidente de Church World Service, dijo que «el enfrentarse al miedo de la deportación, estar separados de sus familias o no tener acceso al cuidado de la salud no sólo es trágico si no que es innecesario».

«Muchas de las personas expuestas sin la protección que reclamamos, son cónyuges, o padres de niños, que son ciudadanos estadounidenses», añadió.