Managua – Un nuevo grupo de cien ciudadanos nicaragüenses llegaron a Nicaragua procedentes de Panamá en el marco de las restricciones a la movilidad internacional por la pandemia de la COVID-19, informó este domingo el Ministerio de Gobernación.

Un total de 60 varones y 40 mujeres, todos nicaragüenses, llegaron la noche del sábado, e ingresaron por el puesto fronterizo de Peñas Blancas que comparten Nicaragua y Costa Rica, detalló la Dirección General de Migración y Extranjería, adscrita al Ministerio de Gobernación.

Por su parte, el Ministerio de Salud «realizó una revisión rigurosa para descartar fiebre o síntomas respiratorios relacionados a la COVID-19, y les orientó (guardar) cuarentena de 14 días en sus domicilios», explicaron las autoridades nicaragüenses.

Se trata del noveno grupo de alrededor de un centenar de ciudadanos de Nicaragua que han abandonado Panamá en las últimas semanas, luego de que perdieran sus medios de vida en ese país a causa de la crisis derivada de la pandemia, que mantiene semirapalizada la economía panameña.

El pasado 1 de julio una caravana de autobuses con más de mil nicaragüenses no pudo salir desde Ciudad de Panamá a falta de las coordinaciones necesarias para el ingreso a Nicaragua, cuyo Gobierno estableció un protocolo que incluye una autorización para sus nacionales por grupos de hasta un centenar por viaje.

Ese millar de personas fueron llevados a dos albergues temporales cerca de la frontera con Costa Rica y solo quedan 225 en una de esas instalaciones, la situada en la localidad panameña de Jacú, quienes están a la espera de la autorización para ingresar a su país, según el Servicio Nacional de Migración de Panamá.

Los nicaragüenses que salen de Panamá están exentos de presentar ante las autoridades migratorias de Costa Rica una prueba de la COVID-19 negativa.

Costa Rica estableció como requisito obligatorio la prueba negativa de coronavirus para cualquier persona que pretenda salir hacia Nicaragua, con el fin de evitar que nicaragüenses queden varados en la frontera entre ambos países, como es el caso de unos 300 que se encuentran allí desde hace varios días.

Se trata de nicaragüenses que residían en Costa Rica y perdieron sus empleos debido a la pandemia, pasaron el trámite migratorio para salir de suelo costarricense, pero a la hora de ingresar a Nicaragua las autoridades de este país no les permiten el paso sin la prueba, a la cual no tienen acceso en la frontera.