Ciudad de México – El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se mofó este miércoles del lapsus que tuvo durante la reunión del día anterior con la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris: «Fue muy buena la reunión, fue tan buena que le dije presidente», expresó entre risas.
López Obrador recibió el martes en la puerta del Palacio Nacional a la vicepresidenta estadounidense con un «presidente Kamala, mucho gusto», una anécdota recogida ampliamente por la prensa mexicana.
«Fue muy buena la reunión con la vicepresidenta Kamala Harris, fue tan buena que le dije presidente. Me equivoqué, ya ven que dicen mis adversarios que estoy chocheando. A lo mejor tienen un poco de razón, no soy infalible», dijo este miércoles durante su rueda de prensa matutina.
El mandatario mexicano destacó que fue «una reunión muy benéfica para los dos pueblos» que sirvió para «fortalecer» la relación comercial y para expresar «coincidencias plenas» en materia migratoria.
«Fue muy respetuosa, muy inteligente, muy amiga de México la vicepresidenta, y los acuerdos bastante buenos. Lo que se firmó va a servir para la cooperación para el desarrollo, no solo con México sino también con los países hermanos de Centroamérica», expresó el presidente.
Dijo que se habló de «abrir lo más pronto posible» la frontera común y aseguró que Harris fue «muy agradable».
Harris, encargada de la crisis migratoria por el presidente, Joe Biden, calificó el martes la reunión con López Obrador de «exitosa» y anunció que México y Estados Unidos están abriendo una «nueva era».
Estados Unidos se comprometió a generar inversiones por 250 millones de dólares para el desarrollo del rezagado sur de México y a destinar 130 millones para la implementación de la reforma laboral mexicana, aprobada a demanda de los demócratas estadounidenses.
Sobre esto, López Obrador aseguró que su Gobierno está trabajando para que «se garanticen los derechos de los trabajadores» y que las empresas no se metan «en la vida interna de los sindicatos».
El presidente agradeció también que los miembros de la comitiva de seguridad de Harris «se portaron muy bien».
Gracias a ello se «rompió el protocolo» para que López Obrador le pudiera enseñar diferentes partes del Palacio Nacional, como los murales de Diego Rivera o un balazo en un mueble de cuando fue apresado el presidente Francisco I. Madero (1911-1913).
De todos modos, López Obrador pidió que en las próximas visitas «las comitivas no sean tan fuertes» ya que los servicios de seguridad estadounidense forzaron el cierre del centro de la capital para la llegada de Harris.