Fotografía cedida este jueves por la presidencia de México, del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (d), durante la inauguración del cuartel de la Guardia Nacional, en el municipio de Zapopan en el estado de Jalisco (México). EFE/Presidencia de México/SOLO USO EDITORIAL

Ciudad de México – El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, emprende este jueves su cuarto viaje fuera del país con el que busca evaluar de primera mano los programas para frenar la migración procedente de varios países centroamericanos y estrechar lazos con Cuba.

«Vamos a hacer este recorrido y vamos a suscribir convenios de colaboración con los cinco países: con Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice y Cuba», celebró este miércoles el mandatario mexicano antes de emprender un viaje de cinco días por unas regiones a las que desde el principio de su mandato, en diciembre de 2018, ha querido apoyar para atender las «causas» de la migración.

Para tal fin, el mandatario, del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), irá acompañado del canciller, Marcelo Ebrard, y los secretarios de Defensa y de Marina, Luis Cresencio Sandoval y José Rafael Ojeda Durán, respectivamente, según anunció el lunes.

La visita -en la que también estará su mujer, Beatriz Gutiérrez Müller, en su tramo final- arrancará en Guatemala el jueves y viernes y continuará por El Salvador, el viernes.

El viernes y sábado visitará Honduras y Belice, mientras que el último día, el próximo domingo, se centrará en Cuba.

En todos estos países se reunirá con sus mandatarios y con varios miembros de sus respectivos gabinetes.

En El Salvador y Honduras, el Gobierno tiene implementados Sembrando Vida, un ambicioso programa de reforestación que busca proteger el medioambiente y a su vez crear empleo. También el programa de aprendices Jóvenes Construyendo el Futuro.

Ambos programas tienen más de 20.000 participantes.

En Belice, firmarán un convenio para el programa Sembrando Vida.

«Es un viaje importante en buena medida porque es uno de los primeros viajes que realiza durante su presidencia. Ha sido muy reacio a salir del país», dijo a Efe Gustavo López Montiel, experto en Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey.

El presidente, hasta la fecha, solo ha ido a Estados Unidos en tres ocasiones, en julio de 2020 y a principios y a finales de noviembre de 2021.

Y mirar hacia el sur, a los países que considera hermanos, da un mensaje. «Él ha planteado que la solución a la migración no se da a partir del bloqueo de las fronteras sino fundamentalmente a partir de la generación de oportunidades en los países de origen», dijo el analista.

López Montiel, sin embargo, se mostró algo crítico con el éxito de estos programas: «No se ha generado el impacto que se buscaba. En buena medida porque ya había programas que los Gobiernos anteriores habían instrumentado en Centroamérica y con números más exitosos».

CAMBIO DE ENFOQUE EN CUBA

En Cuba, López Obrador llevará a cabo una visita un tanto diferente. El enfoque, según se prevé, será mucho más institucional y simbólico, en lugar de migratorio.

Allí se reunirá con su homólogo Miguel Díaz-Canel para fortalecer unas relaciones que ya se han potenciado desde que asumió el poder. Por ejemplo, con la llegada en plena pandemia de médicos cubanos para atender el sistema sanitario mexicano.

«Cuba es un país referente en la configuración del pensamiento del presidente», explicó López Montiel sobre la nación caribeña, con la que el Gobierno mexicano mantiene relaciones diplomáticas desde hace 120 años y de manera ininterrumpida, incluso tras la Revolución cubana que culminó en 1959.

«México siempre ha sido un referente en la relación entre Cuba y con Estados Unidos. Y han habido programas de cooperación en este Gobierno», señaló el experto a pocos días del fin de la Feria Internacional del Libro de La Habana, con México como invitado de honor.

De esta manera, y emulando a otros mandatarios mexicanos en Administraciones pasadas, López Obrador buscará llevar las relaciones al máximo.

Lejos queda el «Comes y te vas» del expresidente mexicano Vicente Fox en 2002 a Fidel Castro, quien abandonó sorpresivamente la Cumbre Extraordinaria de las Américas.

EE.UU. Y LA CUMBRE DE LAS AMÉRICAS

El viaje viene precedido de varias reuniones de alto nivel con la Casa Blanca.

El pasado viernes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, trató de coordinar con su homólogo mexicano una estrategia común ante el flujo «sin precedentes» de migrantes que está llegando a la frontera común.

Mientras que este martes, la visita del canciller mexicano, Marcelo Ebrard, a Washington, concluyó con diferencias de enfoque en materia migratoria: mientras Estados Unidos apuesta por reforzar la frontera, México insiste en la necesidad de crear empleos en Centroamérica que contengan la migración.

Estas reuniones, junto con el viaje por Centroamérica y el Caribe, también reflejan el interés del mandatario mexicano por marcar la diferencia en la próxima Cumbre de las Américas.

«Con todo respeto le propuse al presidente Biden que si va a haber una Cumbre de las Américas tienen que participar todos los pueblos de América, que nadie debe de excluir a nadie», dijo el mandatario este lunes desde el Palacio Nacional.

La visita por varios países de Centroamérica con los ministros de Defensa y Marina apunta hacia un viaje en el que la seguridad y el control de fronteras también tendrá un peso específico.

«El discurso tiende no a quitar, pero sí a opacar, el tema de la seguridad regional y cubrirlo con el tema económico y humanitario. Pero al final de cuentas en la cumbre se va a plantear el tema de migración como un tema de seguridad», concluyó López Montiel.

El asunto es de máxima importancia en medio de una crisis migratoria sin freno en la región.

El Instituto Nacional de Migración (INM) de México informó recientemente que desde el 1 de enero y hasta el 13 de abril de este año interceptó a 115.379 migrantes, de los cuales un 15 % eran menores de edad, principalmente de naciones de Centroamérica.

Mientras que en el año fiscal 2022, que arrancó el 1 de octubre de 2021, ya se han contabilizado 1.060.094 migrantes en la frontera sur estadounidense, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).