Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – En su ruta en búsqueda del sueño americano, los migrantes del Triángulo Norte enfrentan en el camino al menos a tres actores ilícitos que les acechan: la delincuencia local predatoria, la delincuencia local organizada y el crimen organizado transnacional, relatan expertos en la materia al advertir que en esta última categoría al menos nueve cárteles operan en los territorios por donde pasan los migrantes.
Al explicar algunos de los fenómenos migratorios cuyas características más comunes son factores socioeconómicos, ambientales, geopolíticos, socioculturales y de género, entre otros, los expertos señalan que cada vez es más difícil el tránsito de los migrantes por los peligros que les acechan y las condiciones de inseguridad en la región del Triángulo Norte de Centroamérica y de México, en especial en las zonas que constituyen un paso obligatorio para estos grupos en condiciones irregulares.
Los migrantes ahora viajan distancias más largas, tienen menos probabilidades de buscar protección en un país vecino y están menos concentrados geográficamente, mientras crecen las probabilidades de quedarse en uno de los países de tránsito en su ruta hacia Estados Unidos, detallan conocedores del tema.
El tema de las remesas, sumado al de la emigración por causas ambientales y climáticas, así como por razones de género, donde crece el número de mujeres que huyen de sus países por la violencia, el femicidio, los abusos y la violencia doméstica, entre otros, hacen de las historias de migrantes enormes retos a los que se enfrentan en su sueño por una vida más decorosa que permita mejorar también las condiciones de vida de quienes dejan atrás: su familia original.
Si sus historias van cargadas de sueños y pesadillas, lo que les espera en el camino son odiseas inimaginables. La migración de los años setenta, nos es la actual, ni la de los millenial, ahora les acechan otros riesgos, como los actores ilícitos identificados en tres grupos: la delincuencia local predatoria, la delincuencia local organizada y el crimen organizado transnacional.
Así lo explica el experto Sebastián Ovejeros, un experto en gestión estratégica de riesgos con experiencia en el apoyo de instituciones públicas y gestores en el ámbito privado, al abordar el tema de Migración y Redes Político-económicas Ilícitas en el Triángulo Norte Centroamericano, en el marco del Ciclo de Actualización a Periodistas (CAP), que aglutina a 30 periodistas de Guatemala, El Salvador y Honduras capacitados en temas de emergencia sanitaria, cambio climático y migraciones.
Tres actores y sus conexiones
Ovejeros, un estudioso del tema de las redes ilícitas y las migraciones, dijo que la delincuencia local predatoria se caracteriza por individuos o pequeños grupos que cometen delitos de oportunidad como un modus operandi y entre sus hechos más destacados están el abuso, agresión sexual, el robo/hurto y el bandidaje, éste último, eventualmente criminal.
Esta delincuencia local predatoria, no depende de redes complejas, ni cuentan con recursos especiales o capacidades dinámicas, y operan dentro de una zona geográfica limitada, explicó Ovejeros, al citar a La Arrocera, como una de las zonas donde operan estos actores predatorios locales, una ruta que se ubica a 262 kilómetros que atraviesa Chiapas, en México. Aquí el bandidaje local ataca a los migrantes irregulares que caminan por zonas rurales buscando evitar los puestos de control, acotó.
En tanto, el otro actor ilícito identificado como delincuencia local organizada, la conforman maras o pandillas que cometen delitos y crímenes como una forma de operar, cometen abusos, agresión sexual, robo/hurto, extorsión y pandillaje criminal. Aquí, detalla Ovejeros, pandillas como la Mara Salvatrucha (MS-13) y la pandilla o el Barrio 18, victimizan a los migrantes, sobre todo aquellos que viajan a pie, o en tren, sin coyote.
Su presencia se concentra en las zonas fronterizas de México y Guatemala, generalmente entre Chiapas, Tabasco y Campeche, del lado mexicano, y todo apunta a que buscan expandirse en el sur de México.
Pero los actores que conforman el Crimen Organizado Transnacional son empresas criminales más complejas, operan como si fueran un estado paralelo dentro del Estado, y su dinámica es más estructurada y organizada, explica Ovejeros.
“Estas empresas participan en varios mercados ilícitos como el de las armas y la trata. Ejercen el gobierno del territorio, para lo cual mantienen redes de inteligencia, secuestro y extorsión contra migrantes irregulares, a los cuales someten al cobro de tarifas de pasaje o tránsito y, en casos extremos, asesinan”, explicó Sebastián Ovejero, quien en su radiografía sobre estos acechos que esperan a los migrantes, develó también esos otros negocios paralelos de redes criminales cuyo ejercicio va más allá del paso de los migrantes.
Ovejero planteó como estas redes de actores ilícitos se expanden a vista y paciencia de las autoridades, delimitan territorios y ven en un problema humano como es la migración, una forma de negocio para lucrarse, sin importar el drama o el dolor que ocasionan a personas que huyen de la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades en sus países de origen.
Los carteles de la droga más visibles
En las llamadas redes del crimen organizado transnacional, los migrantes en su ruta enfrentan al menos nueve carteles criminales de la droga y otros ilícitos, entre ellos el Cartel Jalisco Nueva Generación, uno de los más violentos en México que pelea palmo a palmo territorio con el cartel de Sinaloa que ahora lidera Ismael, “el Mayo” Zambada, compadre de Joaquín, “el Chapo” Guzmán.
También pueden encontrar a su paso, de acuerdo con la ruta que tomen, a otros carteles como los Zetas, el cartel de Tijuana, el cártel de Juárez, el de los Beltrán Leyva, el cártel del Golfo; la Familia Michoacana, los Caballero Templarios, muchos de los cuales han evolucionado a lo que el experto Ovejero denomina como “proestados”, una especie de modelo paralelo al Estado.
Cada año, según datos de la Organización Internacional de Migraciones, un promedio de 400 mil y 500 mil migrantes transitan de forma irregular por México cada año procedente del triángulo norte de Centroamérica que conforman Guatemala, El Salvador y Honduras.
Los migrantes en su ruta, se enfrentan a estas redes que evolucionan, según el experto Ovejero hacia lo que denomina una Red Política -Económica Ilícita que tiene al menos, tres dimensiones básicas: actividades ilegales/ilícitas, estructuras criminales y gobernanza ilegal.
Delito predatorio y tráfico de personas
En su tránsito hacia la ruta mexicana, se producen interacciones entre migrantes y actores ilícitos. Los actores ilícitos fungen como facilitadores, llámese coyotes, del tránsito de los migrantes irregulares, pero también están los actores ilícitos que fungen como victimarios (extorsionistas, asaltantes, asesinos) de los migrantes irregulares.
De acuerdo con Ovejero, las redes político-económica ilícita que operan en la región están orientadas, unas, al contrabando, otras al narcotráfico, otras al tráfico de armas; al lavado de activos, al delito predatorio y al tráfico de personas.
En el caso de los migrantes, este tipo de delito transnacional se concentra en el delito predatorio y en el del tráfico de personas. Y aquí entran las pandillas que han expandido su accionar en el triángulo norte y se les ubica en el tema de trata de jóvenes con fines de explotación sexual y laboral, y en la migración irregular forzada como medida preventiva en zonas de control pandillero.
En estas formas ilícitas de operar se ha identificado que estas redes se asocian a esquemas de adopción internacional de niños, de tráfico de documentación oficial con información falsa y tráfico de migrantes irregulares procedentes de América Latina, entre ellos países como Nicaragua, El Salvador, Honduras, Ecuador, Colombia y Venezuela, entre otros.
Para que estas redes puedan existir deben estar conectadas a estructuras reguladoras gubernamentales, tener conexiones de poder político, lograr impunidad, concertar negocios, administrar poder político y económico para garantizar una especie de “gobernanza ilegal”, indicó el experto Ovejero, en los ciclos de formación a periodistas que impulsa el CAP.
De ahí que el tema migratorio y las nuevas políticas sean algo más que un muro o un sueño americano por mejores oportunidades. Es ahora para los Estados implicados en la cadena, un problema más complejo que obliga a rediseñar políticas públicas más inclusivas vinculadas al combate de la impunidad y el desarme de estas redes ilícitas que cada vez fijan sus precios en la migración, a costa del drama humano que encierra cada migrante.