A firefighter hands a swab to a man for him to take a sample in his mouth at a Covid-19 pop-up test site for homeless people amid the coronavirus pandemic in Skid Row, Los Angeles, California, USA, 20 April 2020. EFE/EPA/ETIENNE LAURENT/File

Los Ángeles – Después de un arranque extremadamente lento, el condado de Los Ángeles ha logrado en meses recientes significativos progresos en las tasas de vacunación contra la covid-19 entre varones afroamericanos y latinos de 12 años en adelante, aunque persiste la desconfianza, publicó este jueves el periódico Los Angeles Times.

De acuerdo con los más recientes datos disponibles, citados por el rotativo, entre el 9 de mayo y el 24 de octubre la proporción de varones afroamericanos vacunados se elevó de 36 % a 54 %, y la de los latinos pasó de 39 % a 60,8 %.

No obstante, los varones afroamericanos siguen teniendo la tasa más baja de vacunación del condado, pues solo 39 % en el rango de 18 a 29 años han recibido al menos una dosis de la vacuna. Para los latinos la proporción es de 52 %.

La situación se está volviendo más urgente ya que funcionarios de salud pública anticipan otra ola de contagios del coronavirus, circunstancia en que las disparidades étnicas y raciales a menudo se hacen más pronunciadas.

El periódico señaló que los trabajadores de salud pública temen que muchos varones afroamericanos y latinos seguirán esperando a vacunarse casi hasta que mueran de covid-19 o vean morir a personas a las que conocen. “Hombres de color dicen que esta desconfianza deriva de su frustración de que solo logran la atención de funcionarios de salud pública en tiempos de crisis”, abundó.

“Es algo triste que no se pueda confiar en las agencias gubernamentales que son realmente responsables de ayudarnos a estar seguros”, dijo recientemente la directora de Salud Pública del Condado de Los Ángeles, Barbara Ferrer, citada por el diario.

“Debemos asumir parte de la razón por la que ese sentimiento es tan prevalente, y la mejor forma de hacerlo es dedicarnos a corregir (esa percepción), y estar presentes y asegurarnos de que las personas tengan los recursos que necesitan para estar sanas”, expuso Ferrer.

Eso significa, añadió, responder a las preguntas de las personas tanto tiempo como sea necesario, así como instalar sitios convenientes de vacunación, tocar puertas y trabajar con organizaciones comunitarias que gocen de la confianza de la gente.

Con ese propósito, trabajadores del condado y comunitarios han ido a reuniones de venta de artículos de segunda mano, mercados de productos agrícolas, iglesias, canchas de fútbol soccer, almacenes de artículos para el hogar y tiendas de autopartes.

Asimismo, hombres de color que son doctores o trabajadores de salud pública han estado presentes para abordar las preocupaciones sobre si la vacuna puede afectar la virilidad y la fertilidad.

Tracey Veal, trabajadora de salud pública del condado especializada en distribución comunitaria de vacunas, dijo que algunos hombres de color se muestran incómodos en ambientes médicos o gubernamentales tradicionales por la forma en que pudieran ser precibidos, ya sea por sus tatuajes o porque alguna vez estuvieron presos.

La desinformación que algunos reciben a menudo proviene de familiares y amigos. Para cotrarrestar estas nociones son esenciales los “guerreros de las vacunas sobre el terreno”, dijo Veal.