Los Ángeles – Los Ángeles se declaró hoy oficialmente como una «ciudad santuario» para inmigrantes indocumentados con una resolución aprobada por el Concejo que evitará que las autoridades locales colaboren con las federales de Estados Unidos en tareas migratorias.
La ordenanza presentada por el concejal Gilbert Cedillo, respaldada por el presidente del Concejo Herb Wesson, recibió una aprobación unánime con doce votos a favor.
Con esta declaración, Los Ángeles se compromete a «proteger los derechos humanos» de todos los residentes de la ciudad y se sumó así a otras urbes californianas como San francisco o Santa Ana.
«Declaramos para todos aquellos que están en esta ciudad en este día y en esta hora que Los Ángeles es una Ciudad Santuario», dijo hoy Cedillo al presentar su moción su propuesta ante el Concejo.
El concejal hispano aseguró que de esta manera los residentes «van a ser juzgados por sus contribuciones a la ciudad o su compromiso con su familia» y no por el lugar de donde provienen o el color de su piel.
Ni el oficial administrativo ni el analista legislativo de Los Ángeles han realizado ningún estudio sobre el impacto fiscal de esta resolución, que también destinará diez millones de dólares para ayuda legal a inmigrantes.
La aprobación de hoy formaliza prácticas ya establecidas en la ciudad donde -entre otros- el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) no ejerce funciones de control de inmigración y restringe su ayuda a las autoridades migratorias federales.
El Departamento de Alguaciles del Condado de Los Ángeles, que patrulla algunas áreas del este y sur de la ciudad, ha mantenido una política más amplia de trabajo conjunto con las autoridades federales de inmigración, algo que su nuevo jefe, que tomó posesión del cargo este año, Alex Villanueva, ha prometido restringir.
Igualmente, en decisiones previas acordes con las políticas de santuario, el Concejo estableció el año anterior un fondo de defensa legal para ayudar a las personas que se encuentran ilegalmente en el país.
En otras acciones legislativas, se quitó la carga de delito a los vendedores ambulantes para proteger a los indocumentados de la deportación y más recientemente legalizó la venta callejera.
En 2017, la ciudad de Los Ángeles contaba con una población calculada en cerca de cuatro millones de habitantes de los cuales el 48,7 % era residentes hispanos, según el censo de población.
En el condado de Los Ángeles residen más de un millón de indocumentados y el 82 % proviene de México y Centroamérica, según datos del Instituto de Políticas de Migración.