
Castries – Los países caribeños Antigua y Barbuda y Dominica expresaron este miércoles su sorpresa y decepción por las restricciones parciales de viaje impuestas por Estados Unidos a sus ciudadanos, que consideraron un “error”.
“Estamos profundamente decepcionados de que Antigua y Barbuda haya sido incluida en esta proclamación debido a que nuestro programa de Ciudadanía por Inversión (CBI, en inglés) históricamente ha operado sin requisito de residencia”, aseguró en un comunicado el primer ministro, Gaston Browne.
Según Browne, esa afirmación “no refleja la realidad actual” de las leyes del país, ya que, durante el último año, Antigua y Barbuda ha colaborado “estrecha y constructivamente con el Gobierno de EE. UU. para fortalecer las salvaguardas del programa CBI para que no represente ningún riesgo para la seguridad de EE. UU.”.
El Parlamento de Antigua y Barbuda promulgó recientemente una nueva legislación integral que introduce un requisito obligatorio de residencia física de 30 días en el país como condición estricta para obtener la ciudadanía.
“Es un error afirmar que el Programa de Ciudadanía por Inversión de Antigua y Barbuda opera sin un requisito de residencia”, denunció Browne, quien en los últimos meses se ha mostrado crítico con el despliegue militar estadounidense en el Caribe.
En el marco del programa CBI, varias naciones caribeñas ofrecen la ciudadanía a inversionistas extranjeros a cambio de una contribución sustancial al desarrollo socioeconómico de estos países.
Por su parte, el primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, dijo que ha mantenido conversaciones fructíferas con EE. UU. sobre las medidas de implementación del programa CBI acordadas.
“Podría tratarse de una situación de falta de comunicación entre la Casa Blanca y otras ramas del Gobierno, el Departamento de Estado y el Tesoro de EE. UU.”, señaló en declaraciones a la radio estatal DBS.
Skerrit adelantó que van a enviar notas formales al Gobierno estadounidense solicitando aclaraciones sobre este asunto e instando a que se revise la decisión, la cual calificó de “una sorpresa”.
“Creemos que se equivocaron y esperamos que lo reconozcan y que revoquen la decisión respecto a la imposición a Dominica y Antigua y Barbuda”, declaró Skerrit, confirmando que está en contacto con su homólogo Browne.
El pasado lunes, Skerrit afirmó que está dispuesto a actuar como mediador entre EE.UU. y Venezuela por el aumento de tensión en el Caribe, definiendo a Dominica como “un buen amigo” de ambos países.
La decisión adoptada ayer por el presidente estadounidense, Donald Trump, amplía a 19 los países que están sujetos a una prohibición total de viajes a EE. UU., y a 19 los que enfrentan restricciones parciales.
“Las restricciones y limitaciones impuestas por esta proclamación son, a mi juicio, necesarias para impedir la entrada o admisión de nacionales extranjeros sobre los cuales el Gobierno de EE. UU. carece de información suficiente para evaluar los riesgos que representan para el país”, expone la orden de Trump.






