Madrid – Los extranjeros en España tienen peores trabajos que los nacionales, con grandes diferencias en aspectos como la temporalidad -el 20,3 % de los trabajadores migrantes tiene un contrato de este tipo frente al 14,5 % de los autóctonos- o la sobrecualificación, que les afecta hasta cinco veces más.

También tienen contratos más cortos, experimentan más rotación, sellan muchos más contratos verbales, obtienen más contratos fijos discontinuos y les afecta más el llamado ‘subempleo’, porque trabajan menos horas de las que desearían, según el III Informe sobre el Estado y Evolución de la Migraciones y la Convivencia Intercultural en España (EMCIE).

El documento, elaborado por la organización independiente CONVIVE Fundación Cepaim, con apoyo del ministerio español de Derechos Sociales, y presentado este miércoles en Madrid, analiza diversos aspectos de la integración de las personas migrantes con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

En relación al empleo, los extranjeros presentan una tasa de actividad (cociente entre el total de activos y la población en edad de trabajar) mayor que los españoles (59,1 % frente a 48,2 %), pero también más desempleo (16,7 % frente a 10,1 %).

También destaca que los ocupados extranjeros desempeñan empleos de menor calidad: la temporalidad es superior entre migrantes (20,3 % frente a 14,5 % de españoles, y la rotación laboral tabambién en mayor, lo que se puede observar en la antigüedad media en empresas de contratación temporal, con 15 meses para los extranjeros y 35 para los españoles, entre otros datos.

Según el INE, los trabajadores procedentes de otros países ocupan trabajos menos cualificados, con una mayor concentración que los españoles, lo que, en parte, se debe a su menor nivel educativo, algo que, según el informe, cabe esperar que mejore con las siguientes generaciones.

Pero también ocurre que «el mercado de trabajo valora menos su formación», ya que a extranjeros les afecta mucho más la sobrecualificación -trabajadores con educación superior que ocupan puestos de menor cualificación-, con un 9,7 % entre los extranjeros frente al 1,8 % entre los españoles.

El informe analiza otros aspectos, como el grado de exclusión social de la población migrante respecto a la española y alerta de que algunas brechas «continúan persistiendo tras más de tres décadas de cambio de ciclo migratorio en España».

El estudio utiliza el llamado índice EMCIE -que tiene en cuenta ámbitos como la vivienda, la salud, la educación o los ingresos- y estima que si el 50,8 % de la población española está en situación de vulnerabilidad o exclusión social, en el caso de la población migrante asciende al 80,1 %, con especial incidencia sobre las mujeres, en lo que denominan una «feminización» de la pobreza. EFE