Fotografía cedida por la Universidad de Nebraska en Lincoln donde aparece el sociólogo Marc García. EFE/Greg Nathan/Universidad de Nebraska en Lincoln /SOLO USO EDITORIAL /NO VENTAS

Denver (CO) – Los latinos pierden sus capacidades mentales a una edad más temprana que los blancos, afectando tanto la calidad de vida de esas personas como la de sus familias, revela un estudio nacional dirigido por Marc García, sociólogo de la Universidad de Nebraska en Lincoln.

El estudio, publicado en el número más reciente de la revista especializada The Gerontologist, determinó que la denominada «expectativa de salud cognitiva» (es decir, cuántos años mantendrá una persona sus facultades mentales intactas) sigue siendo superior entre los blancos que entre latinos y afroamericanos, incluso entre aquellos con altos logros académicos.

«La expectativa de salud cognitiva es de creciente interés tanto para los investigadores como para el público en general porque provee una evaluación confiable del problema de la pérdida cognitiva en la población», explicó García en declaraciones escritas para Efe.

Estos análisis, explicó, capturan la calidad de vida de los adultos mayores al «resaltar si los años adicionales de vida serán años de buena salud cognitiva».

García y sus colaboradores usaron datos del Estudio Federal de Salud y Jubilación y de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud para estimar la capacidad mental de adultos mayores blancos, hispanos y afroamericanos, según el nivel académico obtenido.

Los datos determinaron que cuantos más estudios una persona tiene, sin importar su etnia, más posibilidades tiene de mantener su salud mental por más tiempo que personas con menos estudios.

De manera concreta, un hombre de 50 años con estudios universitarios mantendrá su nivel cognitivo por hasta 12 años más que alguien con sólo estudios secundarios.

Pero en el caso de los afroamericanos y los latinos, esa expectativa de buena salud cognitiva se reduce a la mitad, poco más de 6 años.

Para García, la explicación es el «racismo estructural» de Estados Unidos, que ofrece ventajas a los blancos que los otros grupos no poseen.

«A pesar de niveles similares de logros académicos, e incluso teniendo en cuenta diferencias raciales, étnicas y de lugar de nacimiento, la disparidad cognitiva persiste (entre los adultos mayores), lo que resulta indicativo de desigualdades prolongadas y profundamente arraigadas en cuanto a logros académicos y calidad de educación», puntualizó el sociólogo.

En otras palabras, los títulos universitarios benefician durante la vejez más la salud mental de los blancos que la de los hispanos u otras minorías, incluso si la expectativa de años de vida es similar.

Esa disparidad dista mucho de ser un tema meramente de interés sólo para expertos, ya que 5 millones de adultos mayores en Estados Unidos padecen de alzheimer y otros 50 millones sufren de capacidades mentales disminuidas.

Por eso, García se comprometió a continuar con sus estudios sobre el tema, para que las autoridades correspondientes cuenten con los datos necesarios para adjudicar apropiadamente recursos de cuidados de salud y para «promover la salud cognitiva entre los adultos mayores inmigrantes y de minorías».

Su estudio, dijo García, «tiene grandes implicaciones para las familias afroamericanas y latinas y para las comunidades que carecen de los recursos para enfrentar esta creciente crisis», que sólo podría resolverse a terminar con la inequidad educativa y el racismo estructural.