Bruselas – La mayoría de los países de la Unión Europea (UE) pidió hoy aclaraciones sobre las tareas que asumirán los guardias europeos de fronteras con los que se quiere reforzar Frontex, antes de decidir la cifra exacta de policías necesarios, que la Comisión Europea propone ascienda a 10.000 efectivos.

El asunto se debatió en un consejo de ministros de Interior en Luxemburgo, donde los titulares trataron la propuesta de Bruselas de reforzar las fronteras exteriores de la UE con 10.000 guardias adicionales para 2020 que se encargarían, entre otras labores, del control fronterizo y de ayudar en los retornos de inmigrantes.

El ministro del Interior de Austria, Herbert Kickl, cuyo país preside la UE este semestre, dijo en rueda de prensa al término del consejo que existe un «amplio consenso» sobre la idea de reforzar Frontex, pero que a la vez hay «preocupaciones» y aspectos que aclarar.

Fuentes europeas indicaron a Efe que la mayoría de países quiere que se aclaren en primer lugar las labores concretas de esa guardia europea reforzada, para después definir el volumen de ese cuerpo permanente, la financiación o el plazo para ponerlo en marcha.

Otro aspecto que preocupa, dijo el ministro, es la manera de garantizar que no interfiere en la soberanía nacional.

Sobre ese último aspecto, el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramópulos, indicó que durante la reunión de hoy aprovechó para aclarar algunos «malentendidos y preocupaciones», como que «Frontex no asumirá la responsabilidad nacional de proteger las fronteras exteriores de la UE».

La idea de fortalecer Frontex, la agencia europea de fronteras, fue presentada por Bruselas formalmente el pasado septiembre y los líderes europeos la abordaron por primera vez en la cumbre informal de Salzburgo (Austria) de finales del mismo mes.

España respaldó en esa cumbre la idea, pero subrayó que se debe hacer con un mecanismo «flexible», es decir, que se adapte a las necesidades de cada país, y que sea «complementario», sin poner en cuestión la soberanía nacional sobre el control de las fronteras.

Los ministros también debatieron la propuesta de reformar la Directiva sobre retornos y en particular el procedimiento de retornos en las fronteras para los inmigrantes que no tienen derecho a solicitar una protección en la UE.

Los estados miembros creen que la propuesta es «una buena idea», que ayudará a unos retornos «más eficientes y rápidos», dijo el ministro austríaco, que añadió que habrá que seguir trabajando en la idea, que está vinculada con otros aspectos, como los acuerdos de readmisión con terceros países.

Algunos ministros, añadió, plantearon incluso la idea de permitir los retornos en contra de la voluntad de los afectados, a países que no sean sus lugares de origen.

Según la CE, de los más de 516.000 ciudadanos extranjeros que recibieron la orden de abandonar la UE en 2017, solo unos 188.000 (el 36,6 %) fueron devueltos, un porcentaje que Bruselas considera excesivamente bajo.

El eurocomisario dijo por su parte que para simplificar y acelerar estos procedimientos la CE es partidaria de hacer obligatorio el retorno después de toda demanda de asilo rechazada.

En el almuerzo de trabajo los ministros hablaron de los flujos migratorios en el Mediterráneo y de la manera de cooperar entre países para reducirlos y Austria mencionó una nueva propuesta de «solidaridad obligatoria» que implicaría a todos los Estados miembros de una manera u otra en los esfuerzos. EFE