Nueva York – Más de una década después de ganar el Oscar por ’12 years a slave’ (2013, «Doce años esclavo» en Latinoamérica), la actriz keniano-mexicana Lupita Nyong’o se hace oír con dos proyectos narrativos de estreno: la película de animación ‘The Wild Robot’ y el pódcast ‘Mind your own’.

Nyong’o, de 41 años, lanza el 27 de septiembre la nueva obra de Dreamworks, dirigida por Chris Sanders, en la que da vida a Roz, un robot perdido en una isla llena de animales donde le esperan muchas aventuras y una gran lección: «el poder de la amabilidad», dice a EFE en una entrevista en Nueva York.

«Cuando trataba de conseguir este papel le pregunté a Chris por qué pensó en mí para Roz y me dijo que le gustaba la calidez de mi voz», así que su nivel de «emoción» se convirtió en la meta, revela la intérprete, cuyo tono calmado y suave contrasta con el naranja chillón de su vestido.

El comienzo de Roz «está inspirado por voces automatizadas como Siri y Alexa, esta especie de optimismo programado, cuando aún está en su configuración de fábrica», explica la actriz.

«Y a medida que se adapta a la isla y se ve influida por los animales, empieza lentamente a desarrollar un tono más tridimensional, texturizado y cálido, como ese arco que representa su periplo hasta convertirse en una entidad individual», agrega.

Nyong’o, famosa protagonista de la saga ‘Black Panther’, destaca que un aspecto que la convenció para embarcarse en la obra de animación fue el mensaje, que se centra en «el poder de la amabilidad, y se cuenta de manera muy imaginativa», abordando temas profundos «con ligereza».

Un pódcast para curar la «añoranza del hogar»

En paralelo, Nyong’o acaba de estrenar su primer pódcast, que describe como «un show narrativo desde la perspectiva africana en el que, en cada episodio, comparto una historia de mi vida y conecto con un africano en alguna parte del mundo que comparte una historia de su vida».

‘Mind your own’ (Lemonada Media), que hace un juego de palabras entre ‘tu propia mente’ y ‘preocúpate por lo tuyo’, nace de su «añoranza del hogar», en su caso África: «Crecí allí, es de donde vengo y tengo una conexión muy profunda con ella», explica con determinación.

«Creo que África es muy global estos días, tenemos a africanos por todo el mundo y nuestra huella es muy amplia e híbrida ahora», dice, señalando que quería escuchar historias de africanos que «navegan nuevos mundos y consideran más de un lugar su casa».

La actriz reconoce que el programa «se aleja de los grandes problemas» y busca historias interesantes de «gente normal que vive sus vidas normales»: «Creo que cuando el mundo escucha sobre África, normalmente es una historia devastadora sobre la guerra o el hambre», lamenta.

Nyong’o, que evade la pregunta sobre si ya lo ha aprendido todo en el mundo del cine, asegura que le encanta aprender escuchando y que se llevó de Kenia su amor por la radio.

«Lo que me faltaba en la radio eran esta especie de escapes narrativos, y creo que eso lo hemos perdido incluso aquí (en EE.UU.)», lamenta, señalando que hay muchos pódcasts de ‘tertulias’ pero pocos en los que se escuchen verdaderamente historias de otras personas.

«Escuchar las historias de la gente nos hace más empáticos: nos ponemos en su piel entre 30 y 45 minutos y abre nuestra mente a algo nuevo (…). Es una manera de hacer este gran mundo más pequeño, mucho más acogedor y hospitalario», apostilla.