Ciudad Juárez – Tras 14 años de la desaparición de Idaly Juache Laguna y 12 de haberse encontrado sus restos, Norma Laguna, su madre, clavó una nueva cruz de madera cerca al río Bravo para recordarla tanto a ella como a las migrantes que han sufrido de violencia o se encuentran desaparecidas entre Ciudad Juárez y El Paso, en la frontera entre México y Estados Unidos.
Esta vez, y por segundo año consecutivo, eligió hacer el acto simbólico en la frontera, como una forma de protesta para visibilizar todas las desapariciones de migrantes en su intento por llegar a Estados Unidos.
Juache Laguna desapareció el 23 de febrero de 2010, aunque sus restos fueron encontrados dos años después en el arroyo El Navajo, al este de Ciudad Juárez, sin embargo su madre decidió seguir con el activismo a favor de las mujeres desaparecidas en la región.
Son cientos de mujeres en movilidad a quienes se les pierde su rastro en el camino para alcanzar el sueño americano, en una frontera marcada por la violencia y sin registros oficiales de víctimas.
La manifestación de Norma y sus familiares consistió en la colocación de una cruz morada de madera a 10 metros del muro fronterizo entre México y EE.UU.
“Es para decirles a las madres que nos solidarizamos con ellas, las de Estados Unidos, las migrantes y todas las madres del mundo, queremos decirles que somos muchas madres y que hay que estar unidas para que las autoridades hagan su trabajo como debe ser y que no siga pasando todo esto”, dijo.
“A pesar de que está la Guardia Nacional, la (policía) estatal, los soldados, sigue sucediendo. No entendemos por qué se desaparecen las niñas y las mujeres y nadie sabe nada. No entendemos por qué no ponen atención y lo quieren minimizar cuando es un problema muy grande”, agregó Norma.
Yadira Cortés, coordinadora de la Red Mesa de Mujeres y quien acompañó a Norma, señaló que el acto trata de visibilizar a todas las víctimas.
“(Norma) juró que hasta que se muera ella va a estar haciendo una actividad de visibilización de este delito, del cual sigue padeciendo nuestra ciudad, pero también de la exigencia de justicia para su hija y para todas las víctimas de desaparición y trata”, indicó Cortés.
La activista afirmó que desde hace dos años se reactivó un éxodo de mujeres a esta ciudad, donde prácticamente están solas y quedan vulnerables ante la violencia..
Añadió que los cuerpos de muchas mujeres migrantes no son reclamados porque sus familias no están aquí y nadie las identifica.
Afirmó que el tema con las mujeres migrantes no es solo que se sienten desarraigadas, “también porque no tienen esta confianza con las instancias de gobierno, no se atreven a denunciar porque creen que les va a generar una situación (inconvenietnes) con su estatus migratorio”.
La activista reconoció que, en lo que va del año, todas las mujeres que habían sido reportadas como desaparecidas se han encontrado, pero agregó que lo grave sucede en materia de feminicidios.
“En el mes de enero se cerró con 13 mujeres víctimas de homicidio doloso y en febrero se han registrado ocho mujeres víctimas de homicidio doloso”, expuso.
Añadió que entre estas últimas, seis murieron por arma de fuego, una fue víctima de violación, tortura y asesinato, una fue quemada después de ser asesinada y otra enterrada en el patio de su casa, mientras que tres no tienen causa de muerte aún.
Cortés afirmó que la brutalidad y el descaro de los ataques a mujeres evidencia un contexto de impunidad y los delincuentes creen que pueden matar, enterrar, quemar un cuerpo sin que reciban castigo.
Tan solo en 2023, México rebasó las 110.000 personas no localizadas, aunque el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador afirmó en diciembre del año anterior que buscan a 92.000 personas, además que están actualizando el censo oficial de desaparecidos.